Ha eliminado las barreras arquitectónicas y cuenta con un programa de rehabilitación en el propio colegio
El colegio Valle-Inclán nació hace 60 años y desde hace 25 ha evolucionado a nivel de infraestructuras para ampliar sus instalaciones que, actualmente, acogen a 530 alumnos.
Es un centro de referencia para alumnos con discapacidad, especialmente de carácter motórico. En total son 40 los escolares que tienen algún tipo de necesidad especial. “A lo largo de su escolarización, o bien durante un periodo, reciben una serie de atenciones derivadas de su discapacidad”, apunta el director del CEIP Valle Inclán, Pascual Brieba.
Para ello, y además de haber erradicado cualquier barrera arquitectónica y disponer de un ascensor para su movilidad en el centro, el Valle Inclán ha habilitado dos aulas donde los alumnos reciben sesiones individuales de fisioterapia.
Esta iniciativa entró en vigor en 1988 cuando el centro se incluyó en un proyecto experimental que dio comienzo al programa de ‘Integración a la inclusión’.
Una vez a la semana, los alumnos acuden a una piscina pública, donde complementar las sesiones de fisioterapia que reciben en el colegio. Otra de las actividades se desarrolla en la Hípica, a través de la hipoterapia, un tipo de terapia en la que se trabaja con caballos para promover la rehabilitación de estos niños.
Además, los alumnos también disponen de un transporte de Cruz Roja para su traslado al colegio y posterior regreso a casa.
El colegio incide especialmente en la participación de los padres como pilar fundamental de la educación actual
Uno de los proyectos en el que el colegio Valle Inclán hace más hincapié es en el programa ‘Comunidad de aprendizaje’, un proyecto en el que la colaboración de los progenitores es fundamental en el desarrollo de las clases. “Los padres apoyan a los profesores en distintas actividades. En el caso de 1º este apoyo se presta sobre todo en el aprendizaje de la lectura y hemos comprobado que el alumnado tiene un nivel bastante bueno”, apunta Brieba.
Los resultados de este programa son muy favorables y los propios profesores han podido comprobar que los niños que participan en este proyecto “tienen unos resultados académicos mejores”.
La participación de los padres es “básica y fundamental” en la educación del siglo XXI, según asevera el director. “La educación es un tema tan complejo que hoy en día no se concibe sólo con los maestros. Si no participan los padres y no se implican, falla uno de los pilares importantes para la educación: la familia”.
Pero la intervención de los progenitores también se hace patente en otro proyecto, el de la ‘Escuela de padres’ que desarrollan una psicóloga, un trabajador social y una técnico de integración con el apoyo de trabajadores del Plan de Empleo. “Los padres que tienen problemas de aprendizaje asisten y se les orienta. De momento no es muy numerosa la asistencia, pero esperamos que se vayan animando y cada vez vengan más”.
El centro también incide especialmente en la formación del equipo docente en base a la entrada en vigor de las nuevas leyes educativas y a la actualización de los maestros en materia de organización, programación o metodología. “La formación es un pilar importante y todos los años se lleva a cabo en el centro. Este año hay dos grupos de trabajo sobre la gamificación o uso del juego para alcanzar objetivos educativos”.
El ‘Proyecto lector’ es otro de los programas que se desarrollan en el Valle Inclán y, como su propio nombre indica, consiste en el fomento de la lectura entre los distintos cursos. “Cada clase tiene un libro y lo van desarrollando con el profesor. A partir de esta lectura realizan distintas actividades”, señala el responsable del centro.