El párroco se marcha de Ceuta a final de mes con una nueva misión del Obispado.
Sus cualidades: “Firmeza en la fe, tesón en el trabajo y amor a todos sin distinción”.
Repleta de feligreses estuvo ayer la Iglesia de Nuestra Señora del Valle por un doble motivo: la celebración de la eucaristía y la despedida oficial de quien ha sido en los últimos años su párroco, el padre Cristóbal Flor Domínguez.
El Obispado de Cádiz y Ceuta nombró al padre Cristóbal Flor, hasta ahora reverendo en el Valle, como su canciller secretario general además de párroco en la de Santo Tomás, en Cádiz, de modo que se marcha de Ceuta. No obstante, aún faltan unos días para su partida que efectuará avanzado el mes de julio.
Este sacerdote ha estado los últimos ocho años destinado en la ciudad autónoma, donde todos coinciden en que ha desarrollado una buena labor en la Diócesis de Ceuta, con los mayores de la Residencia Gerón así como con los cursillistas además de haber ampliado su formación, como indicaron quienes han compartido con él esta etapa en Ceuta.
Capítulo aparte merece su destacable papel como director espiritual de la Cofradía de San Antonio porque ha sabido ensalzar los valores que transmitió este santo de origen lisboeta.
Ni un asiento libre quedó en los bancos de la parroquia ayer ya que este ‘hasta pronto’ al padre Cristóbal incluso reunió a feligreses de otras hermandades de la ciudad que quisieron desearle la misma dicha de la que ha gozado durante su estancia en Ceuta. La merienda de confraternidad que celebraron finalizada la eucaristía les permitió, en una ambiente más distendido, desear suerte al sacerdote en esta nueva etapa que comienza. El padre Cristóbal, según contaron quienes le conocen, agradeció las muestras de cariño y expresó que se siente afortunado por su paso por Ceuta.
La feligresía de el Valle destacó como cualidades del cura su “firmeza en la fe, su tesón en el trabajo, su oración constante por la parroquia y su amor a todos sin distinciones”. Asimismo, confiaron que allí donde cumpla su nueva misión, el reverendo sea tan bien recibido como lo ha sido en la comunidad ceutí.
Los asiduos a misa en el Valle, así como todos aquellos que han tenido contacto con él en este tiempo, reconocieron que echarán de menos al hombre religioso y a la persona detrás de la sotana. Un afecto que se hizo sentir ayer en la iglesia y en el ágape que compartieron.