El ACNUR calcula que alrededor de 10.000 inmigrantes indocumentados viven en Marruecos, de los que unos 100 están en Tetuán y de 500 a 700 en Tánger, según ‘Caminando Fronteras’.
Alrededor de 10.000 inmigrantes subsaharianos sin documentación residen en la actualidad en Marruecos, de los cuales entre 750 y 800, es decir, menos del uno por ciento, están reconocidos como refugiados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, según informó esta institución.
Sin embargo, la ONG ‘Caminando Fronteras’ reduce su número para indicar que el grupo oscila entre las 7.000 y 10.000 personas. “Desde la crisis de la valla en 2005”, explicó esta asociación de implantación en España y Marruecos, “han estado siempre en las mismas cifras”. La madrugada del 29 de septiembre de aquel año se produjo el asalto a la valla que separa la ciudad de Marruecos de más de 500 inmigrantes subsaharianos. Caminando Fronteras niega la existencia de una presión migratoria alarmante a pesar de la estimación realizada por Acnur en un informe de marzo.
Esta organización estima que en Tánger habitan de 500 a 700 subsaharianos, mientras que en Tetuán considera que pueden existir unas cien personas en esta situación. Los bosques de Beliones ofrecen cobijo a un grupo de 50 inmigrantes, añadió Caminando Fronteras, la localidad marroquí más próxima a Ceuta, en concreto, a la barriada de Benzú y colindante con el perímetro fronterizo que separa Marruecos y España. Suelen poblar pequeños asentamientos ocultos en la maleza para evitar las batidas de las autoridades marroquíes y se mantienen a la espera de cruzar a la península, ya se a nado atravesando el espigón de Benzú o bien mediante el uso de balsas neumáticas para sucar el Estrecho.
En relación a las cien personas que residen en Tetuán y a las que alude esta asociación, su portavoz asegura que otros subsaharianos residentes en esta localidad no son inmigrantes clandestinos, sino que son universitarios que cursan sus estudios en esta ciudad.
En el último informe publicado por Acnur sobre la protección de refugiados y la migración internacional en Marruecos, concluye que los esfuerzos de esta agencia para abordar la protección de los refugiados y la migración en el reino alauí han contribuido a “ampliar el espacio de protección para estas personas”, pero los “principales desafíos continúan”, según esta institución internacional.
Una ley aprobada en 2003, expone el Alto Comisionado, regula la entrada y residencia de extranjeros en Marruecos y contiene disposiciones que prohíben la expulsión de los refugiados y solicitantes de asilo y permite recurrir las órdenes de expulsión.
Sin embargo, Acnur asegura que este país no tiene un marco legislativo o institucional dedicado a los refugiados y demandantes de asilo, lo que dificulta que estas personas tengan “medios de vida sostenibles” debido a la falta de personalidad jurídica reconocida y las diferencias étnicas y lingüísticas. En este sentido, Acnur afirma que “no hay soluciones rápidas” a la protección de los refugiados y los inmigrantes en Marruecos, por lo que considera necesario “un compromiso sostenido por parte de todos”.
Marruecos cuenta con una larga tradición en acoger a refugiados e inmigrantes, informa Acnur. “No en vano, este país ha ratificado todos los tratados internacionales más importantes” relativos a las personas migrantes, los refugiados y los derechos humanos, recordó este órgano internacional, incluidos la Convención de las Naciones Unidas para los Refugiados de 1951 y su protocolo de 1967.
La Guardia Civil impidió en la madrugada del jueves, según Efe, la llegada a las costas de Ceuta de dos inmigrantes subsaharianos que pretendían entrar a nado desde Marruecos protegidos con trajes de neopreno.
“El grueso está en Rabat, Casablanca y Uxda” pero las balsas zarpan del norte
Caminando Fronteras, ONG de cooperación con la inmigración que interviene tanto en España como en Marruecos, explicó que las balsas neumáticas con inmigrantes que alcanzan la ciudad autónoma y, en otros casos, la costa occidental andaluza, zarpan del norte de Marruecos pero sus pasajeros viven en Rabat y Casablanca. “El grueso de los inmigrantes se encuentra en estas dos ciudades además de en Uxda”, señaló esta asociación, “en el norte la cifra es menor”, insistieron desde esta organización. “Las personas se mueven para cruzar, no viven en el sitio en el que van a pasar”, concluyó Caminando Fronteras. La última balsa neumática sobre la que informó este medio transportaba 15 subsaharianos y se encontraba semihundida en el entorno de las Tres Piedras de Benzú, cuando fue interceptada por una semirrígida de la Guardia Civil y la salvamar El Puntal de Salvamento Marítimo. Otra de las vías de acceso consiste en entrar a nado en la ciudad cruzando el espigón de Benzú.