Sí, fue una gran ilusión el vivir el ayer.
Hoy quedan los recuerdos de unos triunfos.
Pero lo esencial será el mañana, ese enjambre de dudas que amanecen y que nunca nos dejarán de sorprender.
Debemos de estar preparados, ya que es la única forma de sostener nuestras interrogantes.
Y mientras nuestros recuerdos nos fortalecen en el presente, con imágenes de felicidad, esa que tuvimos y hoy recordamos, para saciarnos de una cosa: la autoestima.
De ella debemos de alimentarnos ya que solo nosotros somos los que sabemos lo que estamos buscando, aunque al preguntarnos no seamos capaces de decantarnos por una trayectoria que nos sea grata.
Y el mundo gira por que los científicos lo dicen y nosotros solo hacemos lo que mejor sabemos hacer: vivir.
Un instante, una escena, un recuerdo que ha estado y que deseamos vuelva lo antes posible.
Las dudas caen de su peso, los temores están presentes, pero una cosa sí que tengo clara: vivir es desear.
Y con este término sigo mis principios, mi intuición y aquí estoy intentando dar marcha a un nuevo día que nos han dejado de vivir.
Es una oportunidad de dar lo que tenemos y buscar una comprensión en nuestro alrededor.
Solo confío en que no te escondas en un refugio de cuatro paredes y salgas al mundo a dar la cara y decirles a todos: Estoy aquí y deseo rodearme de todos vosotros, ya que una sociedad es la convivencia y en ella se debe de dar opiniones para saber si todos estamos contentos, o nos falta algo en nuestro día a día.
No solo basta con respirar, sino ser un personaje dentro de nuestro mundo.
Relacionarse y busca una convivencia. Eso es vivir, día a día y ser uno más de la comunidad.