Miguel Ángel Vallejo tiene setenta y cinco años. Si hay que definir su profesión, este ceutí ha pasado por la hostelería, ha tenido una joyería (algo de lo que entiende bastante) y se dedicó gran parte de su vida a trabajar para una compañía aseguradora. Pero la verdadera labor que le ha marcado no ha sido ninguna de ellas, fue uno de los pioneros en estrenarse en el mundo de la solidaridad. Vio en pañales a las primeras organizaciones sin ánimo de lucro de la ciudad, ha pasado por varias de ellas y es un auténtico veterano de guerra en Protección Civil, donde lleva más de treinta años ejerciendo su voluntariado como coordinador de emisiones.
Esa dedicación le ha sido reconocida, pues el pasado sábado le fue entregada la Medalla al Mérito de Protección Civil que otorga el Ministerio del Interior, convirtiéndose en el primer ceutí en recibir este premio. “Este galardón no es mío, pertenece a todo el Cuerpo, que gracias a la gran coordinación y cooperación hace posible que este trabajo sea tan efectivo, muchos de ellos además, llevan conmigo desde los inicios”, comentaba Vallejo, quien confesaba que lo más emocionante de este premio es que “al fin se reconozca el trabajo del voluntariado”, pues afirma que trabajan en las sombras. “Me satisface que todo el trabajo que los voluntarios realizamos por fin haya calado. Nosotros no lo hacemos para obtener ningún mérito, pero halaga que de vez en cuando te den una palmaditas”, explicaba.
Y es que ese sentimiento de solidaridad impregna a Vallejo desde su más tierna juventud, sus inicios en este campo fueron fortuitos. “A unos amigos y a mí nos gustaba ir al hospital a hablar con los enfermos y preguntarles si necesitaban cualquier cosa. Allí conocimos al fundador de Cruz Blanca en Ceuta, Isidro. Este nos comentó que nos pasásemos por la asociación. Y comenzamos a ir, donde poco a poco fuimos adentrándonos más en este mundillo”, explicaba. Tras sus inicios en Cruz Blanca, Vallejo comenzó su etapa en Cruz Roja, donde permaneció una larga temporada, hasta que fue reclamado por sus compañeros de Protección Civil para ejercer su actual puesto. Ellos se encargan de que en situaciones de emergencia, terremotos, incendios, posibles atentados, y un largo etcétera, la ciudad nunca quede incomunicada. Un trabajo nada lucrativo, cargado de una gran responsabilidad y del que por desgracia, los ciudadanos somos unos auténticos ignorantes.