El Pleno aprobó ayer crear una comisión técnica, con expertos, que vendrá a estudiar el calendario del próximo 2019. Una salida un tanto esperpéntica para evitar el temporal venido al no aprobarse la inclusión del final de Ramadán como festivo en el de 2018. ¿Acaso esa comisión de expertos, de supuestos entendidos, de técnicos en la materia, no podrían haber opinado antes?, ¿cómo se puede justificar que el Foro de la Educación, con miembros de los sindicatos, la Junta, la FAMPA, el Ministerio y la propia Ciudad a través de su Consejería, den el visto bueno a un calendario escolar con este festivo sin problema alguno, pero las mismas tesis no sirvan para el laboral? Es algo incongruente y difícil de asimilar. En el Pleno de ayer no se fue valiente a la hora de hacer un debate en torno a este asunto sin echar balones fuera anunciando comisiones que de nada sirven. La realidad de esta ciudad es que el final de Ramadán Ceuta termina celebrando un festivo ficticio: porque ni funciona prácticamente el Mercado, resulta complicado localizar un taxi, buena parte de los comercios cierran, la hostelería se queda coja, la frontera y el puerto asoman desdibujadas... y a pesar de todo esto, el Pleno no tiene la capacidad de afrontar un debate valiente y claro como sí lo hizo el Foro de la Educación, llegando a la conclusión más inteligente por práctica. Porque aquí, como bien expuso Mohamed Alí, no se trata de hablar de victorias sino de normalizar situaciones. Y lo que ayer fue imposible de lograr es este objetivo, sencillo pero evitado.