La Delegación del Gobierno informó del cierre del lado marroquí de la frontera, el cual resultó ser puntual.
La riada de personas que cada mañana inunda el entorno de la frontera del Tarajal es insostenible. Un día son aglomeraciones contra el acceso peatonal que conduce a la Puerta Norte; otras veces es la flota de bicicletas y vehículos la que congestiona el tráfico en el último tramo de la carretera nacional; y ayer fue el turno de la fila de mujeres. Tal fue su presión a su paso por el socavón donde antes se elevaba la escalera del Tarajal, que la barandilla de la N-352 cedió ante la brutal avalancha humana.
Sobre las 10:00 de la mañana, según estimaron los presentes, las mujeres que esperaban para acceder a los polígonos se contaban por centenares. Desde el derribo de la escalera, el itinerario de la cola femenina ha cambiado y, en la actualidad, obliga a las porteadoras a guardar su turno en la acera bajo la pista de tierra conocida como del Jato.
Al ser su presencia masiva, el orden de a uno se desdobló; comenzaron a llegar más personas que intentaron colarse; otras se encaramaron a la valla y la barandilla para no perder su sitio y, así, hasta caer esa protección al viandante. Testigos presenciales aseguraron que una de las marroquíes presentaba síntomas de haberse fracturado una pierna y fue atendida por los servicios sanitarios. Al cierre de esta edición, Ingesa comunicó que ninguna porteadora estaba hospitalizada.
La concentración de persona alcanzó su punto álgido horas antes, sobre las 8:00, según relataron asiduos de la frontera. Tanto la acera que minutos después perdería la barandilla como la calzada en dirección a la frontera estuvieron ocupadas por porteadores. Aunque conviven con esta imagen diaria a primera hora de la mañana, los vecinos del Tarajal no salieron de su asombro por la masificación alcanzada ayer.
La Ciudad Autónoma invirtió 100.000 euros en la construcción de la escalera que sustituyó a la demolida por orden de la Delegación del Gobierno a finales de 2013. Por su parte, la Demarcación del Carreteras se ocupó de realizar el acerado que va desde los bajos de la escalera hasta la misma frontera del Tarajal, de manera que no haya peligro para los viandantes. Unos peatones que no pueden usar esta vía porque está saturada de porteadores. Las barandillas que ayer cedieron a la muchedumbre forman parte de aquella actuación.
Según informó la Delegación del Gobierno a los medios de comunicación, una avalancha obligó ayer a la Gendarmería marroquí a cerrar la frontera para reordenar el tránsito y evitar que se puedan producir incidentes. Sin embargo, según declararon los ceutíes que cruzaron la frontera durante la mañana, el cierre fue puntual y similar de otras jornadas.
Como ya publicó El Faro, la población en la vecina Castillejos está aumentando enormemente ya que se está pagando 1.500 euros solo para autorizar a una persona a empadronarse en su casa de la localidad marroquí para poder pasar la frontera sin visado, y otro tanto de 500 a 600 euros para poder sacarse el pasaporte de la zona de Castillejos. El beneficio del bulto de mercancía ajena a las naves del Tarajal puede rondar, según los comerciantes consultados, los 40 euros aunque con fluctuaciones. El ‘efecto llamada’ ha provocado que, trabajadores de sectores como la hostelería o la albañilería, abandonen su puesto de trabajo ya que ganan más dinero viniendo a la ciudad.
Por otra parte, la propuesta de Caballas de reabrir Benzú al paso de mercancías cobra fuerza entre los comerciantes consultados como una forma de descongestionar la frontera de porteadores.
Respuesta inmediata de las autoridades a los desperfectos
Obimace evalúa los daños y Carreteras refuerza las señales
De forma inmediata tras el cierre del puente del Biutz –ayer poco antes de las 13:00–, Obimace se personó en los polígonos ya que, al igual que en la carretera nacional, las porteadoras arrancaron las vallas ensambladas al suelo que marcan el recorrido de las mujeres en su descenso a las naves. De igual manera, el servicio autonómico de Red de Carreteras del Estado, del Ministerio de Fomento, instaló una señal de advertencia de peatones en la calzada mientras se repara el tramo de barandilla de la N-352 que la avalancha de mujeres doblegó ayer en su carrera desesperada por pasar un bulto por el Biutz.