La comunidad agustina de Ceuta celebró ayer su cena de gala posterior a una misa de acción de gracias que ha reunido a 25 religiosos que un día fueron maestros y alumnos del centro ceutí.
La comunidad educativa agustina de Ceuta celebró ayer un acto más con motivo de su primer Centenario en la ciudad. Una misa de acción de gracias en la iglesia San Francisco y una cena de gala puso el broche de oro a un reencuentro fraternal que ha conseguido reunir a 25 religiosos, entre ellos, algunos fueron directores, maestros y alumnos del colegio ceutí. Es el caso del Padre Argimiro Martínez Fuerza, que fue director del colegio entre 1979 y 1987. Hacía 25 años que no volvía a Ceuta desde el día que tuvo que marchar. En declaraciones a El Faro, recuerda con gran emoción y alegría los ocho años que estuvo en nuestra ciudad, cuyos ciudadanos le acogieron “con los brazos abiertos”.
Durante su estancia en Ceuta, el Padre Argimiro Martínez ha podido comprobar que la ciudad en la que un día vivió ha cambiado “para mejor” en los últimos 25 años. Igualmente la enseñanza en el colegio ha evolucionado con los años. Asegura que antes los padres estaban comprometidos con la educación de sus hijos, algo que se ha mantenido en el tiempo, pero quizá el carácter de los escolares es lo que más ha cambiado.
También el número de alumnos por aula ha variado notablemente. El Padre Argimiro Martínez recuerda que en sus años como director había dos aulas por curso y en cada clase podía haber fácilmente unos 45 alumnos. Una cifra que se ha rebajado en estos tiempos. Así, la atención del profesor a los alumnos puede ser más personalizada atendiendo a las necesidades del estudiante y reforzar así un vínculo que va más allá del propio entorno educativo.
Abiertos a la sociedad
Tanto es así que algunos de los alumnos que un día estudiaron en el Colegio San Agustín de Ceuta forman hoy parte de la gran familia de 2.500 religiosos que educan y enseñan en los colegios que la congregación tienen repartidos por todo el mundo, así como en las misiones internacionales agustinas.
Además, del Colegio San Agustín de Ceuta han salido alumnos que después, en su vida adulta, han tenido una relevancia en la sociedad caballa y española. Y otros aún están vinculados de alguna u otra manera a la hermandad.
Tanto el Padre Argimiro como el provincial de la Orden de San Agustín, Padre Agustín Alcalde, recordaron a Pirri, quien jugó en el patio del colegio en Ceuta antes de convertirse en la figura del deporte que hizo las delicias de todos los españoles o Julio Soler, que también jugó en primera división. En las aulas del centro educativo también han estudiado caballas de renombre como José Ramón López Díaz Flor, José Luis Chávez o Antonio Bernal.
El sentimiento de unión
Figuras que llenan de orgullo a la comunidad agustina de Ceuta y de España. “Es el colegio con más historia, no solamente por los años, sino porque también ha conseguido muchas marcas individuales”, apunta el Padre Agustín Alcalde.
Los lazos fraternales que se establecen entre maestros y estudiantes se debe, apuntan ambos religiosos, al mismo carácter de la congregación y de su concepción de la enseñanza. “Así es. Nosotros vivimos muy integrados con los alumnos. Más que profesores somos formadores un poco. Hay mucha presencia. Este patio ha visto a los agustinos jugando con ellos, con un hábito que teníamos antes y una correa y tal, y jugando con ellos, saliendo de excursiones y saliendo a celebrar las fiestas. Más que el aula, es la presencia informal la que hace que lleguemos a ellos y que ellos de alguna manera también nos descubran a nosotros como agustinos y la comunidad docente”, explica el Padre Argimiro Martínez.
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