Tras tomar declaración a los dos principales acusados y a un guardia civil que acudía como testigo, el presidente de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga en Melilla se vio obligado ayer a suspender, e invalidar, el juicio en el que se trataba de depurar responsabilidades por un presunto delito de tráfico ilegal de inmigrantes ocurrido en el paso fronterizo de Beni-Enzar el 28 de diciembre del pasado año.
Ante la sorpresa de todas las partes personadas, el testigo clave del caso, el inmigrante que aquel día fue sorprendido por los agentes de la Guardia Civil oculto en el doble fondo de un vehículo conducido por uno de los acusados, aportó una identidad que no correspondía con la de la persona citada y que sólo coincidía en el apellido y el país de procedencia, Guinea Conakry. El presidente de la Sala decidió entonces suspender el juicio e invalidar todas las declaraciones prestadas, por lo que la vista deberá comenzar de nuevo desde el principio una vez sea localizado el testigo correcto.
Hasta que el error fue detectado, el tribunal había oído el testimonio de los acusados, dos jóvenes de 21 y 25 años naturales de Marruecos que fueron detenidos el día de los hechos cuando los agentes del puesto fronterizo detectaron algo extraño en el hueco donde, supuestamente, debía alojarse la rueda de repuesto del vehículo. Al retirar el paragolpes trasero lo que encontraron fue a un inmigrante “sin apenas aire para respirar”, con “mareos y desorientado”, como consta en el atestado.
El primer acusado, S. B., negó cualquier implicación en los hechos y alegó que se limitó a acompañar a su amigo sin conocer que en el coche viajaba escondido el inmigrante. El segundo, K. A., por contra, asumió toda la responsabilidad y reconoció que aquel día, “drogado”, accedió a trasladar a éste hasta territorio de Melilla a cambio de 150 euros. Tendrán que volver a declarar cuando el juicio se repita.