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Los guardias civiles Mohamed y Hedrera ayudaron a nacer al pequeño Yunes en el puesto de control de Benzú.
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Una experiencia inolvidable que compartieron con el equipo del 061.
Los guardias civiles Abselam Mohamed y Ricardo Hedrera nunca se habían topado con un servicio de estas características, a pesar de que les ha tocado patrullas más o menos complicadas en la Compañía Rural de Ceuta, en la cual están destinados. Pero eso de ayudar a que una vida venga al mundo... Esas son palabras mayores.
Ellos fueron quienes asistieron el parto de una vecina de Beliones (Marruecos) que se presentó con fuertes contracciones en el control fronterizo de Benzú en la madrugada de este jueves. Para ellos, supuso cumplir con su deber.
Ahora, con la tranquilidad de haber participado en un servicio inolvidable, recuerdan cómo fueron esos momentos, cómo se desenvolvió una madrugada que terminó siendo la nunca esperada, cómo fueron testigos de un parto entre fronteras.
Cuando la central notificó el registro de unos ruidos en la puerta de acceso al control fronterizo de Benzú, en ningún momento pensaron que acabarían asistiendo a la marroquí que estaba dando a luz al pequeño Yunes. A su llegada, la pareja de guardias halló a la madre sentada en el suelo y gritando junto a su marido. Mohamed, en árabe, pudo comunicarse con la fémina, quien reveló qué le ocurría. “Pregunté qué podíamos hacer por ella y nos dijo que llamar a una ambulancia”, recordó el ceutí, instante a partir del cual, puso los hechos en conocimiento del sargento. Todo fue tan rápido que actuaron en cuestión de segundos.
La central telefoneó al 112 y, mientras tanto, solicitaron que asistiesen a la parturienta. “Fue abrir la primera puerta del vallado, pasó, y no le dio tiempo a pasar la segunda valla; dio a luz en el entrevallado”, reconstruyó Hedrera. Cuando llegaron, prácticamente estaba trayendo a su hijo al mundo. Pronto buscaron mantas y sábanas con las que cubrirles. Para el guardia, sin hijos y nunca presente en un parto, era su primera vez en el nacimiento de un bebé y calificó la experiencia de “maravillosa”. “El primer llanto se me ha quedado grabado. Ha sido muy bonito”, reconoció Hedrera.
Quien realmente dio instrucciones, indicó Hedrera, fue su compañero Mohamed, quien ya tiene hijos. La madre, demostrando fortaleza, colaboró en todo momento. Aunque a otros compañeros sí que se habían enfrentado a servicios similares, reconocieron que esta intervención es menos habitual en Benzú porque siempre da tiempo a su traslado al Hospital Universitario. “Intenté tranquilizar a la mujer porque estaba un poco nerviosa y al padre, cuando le entregamos a su hijo, fue una situación dura”, explicó Mohamed. “Comprobé que el bebé respiraba, lloraba... Y la ví disfrutar de ese momento”, añadió Hedrera. Ambos, en los primeros momentos, temieron que pudiese surgir alguna complicación. Algo que, por fortuna, en ningún momento ocurrió.
Todos los servicios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado conllevan un riesgo y este no fue la excepción. Ambos han recibido la enhorabuena, incluso de compañeros de Pamplona se pusieron en contacto con Mohamed para felicitarle. “Cualquier compañero haría lo mismo en nuestro lugar”, coincidieron. Mohamed incluso acudió al Hospital Universitario al día siguiente para visitar a la familia y ver cómo se encontraba el pequeño. El guardia, dentro de lo que cabe, encontró a ambos bastante bien y recibió las gracias “por estar ahí en ese momento”.
Mohamed y Hedrera nunca olvidarán su participación en el nacimiento del pequeño Yunes. Nunca habían atendido un parto. Algo a lo que los sanitarios Begoña Martínez, José Rafael Ucero, Abdelghani El Amrani-El Marini y Mustafa Abdeselam están más que acostumbrados. Ellos fueron los encargados de recoger a madre e hijo, cortar el cordón umbilical que aún les unía y evacuarlos al Hospital Universitario. El Servicio de Emergencias 061 atiende tres o cuatro avisos mensuales de ciudadanas de Beliones, estimó el doctor Abdelghani. El equipo valoró la actuación de los guardias civiles, que obraron el milagro.
A su llegada en la ambulancia, los sanitarios encontraron a la mujer tumbada con una manta. “La madre estaba hipotérmica, de hecho a la enfermera le costó coger la vía, finalmente lo consiguió y la paciente remontó”, rememoró el médico la intervención. Mientras tanto, los técnicos en emergencias sanitarias, con el médico a la cabeza, se encargaron del bebé. “Cortamos el cordón umbilical, le dimos calor, le pusimos el sombrerito y les trasladamos en la unidad móvil”, reprodujo Abdelghani. Para el facultativo se da la paradoja de que “Beliones es la frontera de la vida porque tenemos a los bebés y aquí –por la frontera del Tarajal– muere gente además de ocurrir todas las desgracias que conocemos”.
La enfermera Martínez describió a los guardias como “nerviosos” por estar poco habituados a estas situaciones pero, al mismo tiempo, “estaban contentos porque un nacimiento siempre es motivo de alegría y colaboraron en todo aquello que les pedíamos”.
La moraleja de esta tierna historia no es otra que la importancia que la formación en el parto fuera del ámbito hospitalario y otras técnicas como la reanimación cardiopulmonar (RCP) tiene para los cuerpos de seguridad. El Servicio de Emergencias 061, a través de su personal implicado en la docencia, es artífice de varios de los cursos que han recibido.