Un agente de la Guardia Civil de 46 años permanecía ayer hospitalizado y en observación con una contusión pulmonar después de que fuera arrollado por el conductor de un vehículo ‘kamikaze’ que consiguió, en la madrugada del jueves, introducir a 14 subsaharianos tras ocultarlos,
hacinados, en el Jeep Cherokee color gris mate que conducía. Previamente había preparado el vehículo para que sirviera de carga a los 12 hombres y dos mujeres que colocó en la parte trasera después de retirar todos los asientos y echar, hacia adelante, el del copiloto.
Eran las 3.15 horas, cuando S.A.M., ceutí de 27 años y conocido por las fuerzas de seguridad ya que hace unos días fue detenido con una pequeña cantidad de hachís en su poder, optó por ejecutar un pase arriesgado que podría haberle costado la vida ya no sólo a los agentes españoles que prestan servicio en la frontera del Tarajal, sino también a los marroquíes que, a esa hora, se encontraban en su lado. Cargado de inmigrantes llegó hasta el puesto de control marroquí en donde, tras requerírsele la documentación y ante el temor de que el gendarme viera lo que ocultaba, pisó a conciencia el acelerador y se llevó por delante todo lo que le estorbaba. Un agente marroquí que estaba sentado en una silla se apartó al paso del Cherokee. E hizo bien, porque la parte superior de su silla terminó incrustada en la delantera del todoterreno y se encontró ya en el lado español. Salvó su vida, pero también la salvaron los agentes de la Nacional y de la Benemérita que se apartaron de la ruta suicida seguida por S.A.M., que terminó su carrera con el vehículo prácticamente destrozado tras golpear contra un muro y reventar las ruedas después de toparse con la hilera de pinchos que le tendieron en suelo marroquí.
En plena carrera el Tarajal se convirtió en un escenario caótico en el que hubo de todo. Se escucharon detonaciones porque hubo lanzamiento de disparos a mansalva desde Marruecos y en la corta carrera de unos 300 metros se intentó abortar la escapada de todas las formas posibles porque ni se sabía qué era lo que ocultaba el detenido. Se temía lo peor.
La idea de S.A.M. era llegar al Príncipe, pero se quedó en las cercanías, en plena ruta hacia el ambulatorio. Tanto él como los 14 inmigrantes salieron corriendo del vehículo, según testigos presenciales. La huida de sus ocupantes fue abortada por guardias civiles (se contó con el apoyo de los GRS desplazados hasta el día 15 para la OPE) y policías nacionales, aunque hasta Ceuta habían llegado a la carrera agentes marroquíes. El primer objetivo era detener al conductor, y en eso se centraron las labores ya que éste intentó escapar. Después se procedió a la detención, por goteo, de todos y cada uno de los subsaharianos, que fueron trasladados a la Jefatura Superior de Policía.
La Policía Judicial de la Benemérita se ha encargado de instruir las diligencias, ya que sobre el detenido pesan varios delitos como el de atentado e intento de homicidio de un agente de la Guardia Civil tras arrollarle a gran velocidad con el coche, como el de contra los derechos de los extranjeros, al introducir a los 14 subsaharianos.
Algunos de estos inmigrantes tuvieron que ser asistidos en el Hospital de lesiones. Fue el caso de un hombre y una mujer procedentes de Mali. El varón ya ha sido dado de alta mientras que la mujer quedó hospitalizada debido a una fractura en el tobillo. Todos se encuentran ya en el CETI.
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