Cuando el tiempo se emplea en crear y, en definitiva, en el arte, nunca se pierde. Más aún cuando por ello se recibe una compensación económica a la vez de que se embellece un rincón de la ciudad, donde antes sólo había una pared en blanco, o en celeste. Es el caso de Benji y Sita, dos grafiteros que se esmeraban ayer en dejar una bonita imagen sobre el fondo celeste de un muro en pleno centro de la ciudad. Y es que estos simpáticos jóvenes aseguran que están “sobreviviendo” de lo que ganan dibujando, por encargo, en algunos lugares de la ciudad. Sus creaciones pueden verse en lugares como el Paseo de las Palmeras, en establecimientos del Poblado Marinero, en casas particulares o incluso en la Feria, ya que decoraron la caseta ‘Callejeros Viajeros’.
No obstante, muchas de ellas tienen fecha de caducidad, como la de la caseta ferial o la que están dibujando en la calle Real. Ellos quieren ir más allá: “Este dibujo lo tendremos que quitar dentro de un mes. A nosotros nos gustaría que se quedaran”, manifiestan. Y es que consideran que este arte no está valorado en la ciudad autónoma, algo que sí ocurre en lugares como Cádiz, donde han podido dibujar incluso en las fachadas de centros escolares.
Con sus actuaciones, además de disfrutar y ganarse un dinerillo -unos 300 euros en ocasiones, aunque aseguran que el material es caro, los botes pueden costar cerca de los cuatro euros-, intentan dignificar este arte, ya que “no es una simple gamberrada”, algo que sí consideran algunos que no están acostumbrados a estos dibujos.
En su intención por dignificar este arte, incluso abogan por la creación de unos cursos, ya que aseguran que “hay muchos jóvenes que quieren empezar y no se les da la oportunidad”.
Y como todo arte, es un vehículo para transmitir sentimientos a la ciudadanía. En la tarde de ayer dibujaron en un panel con motivo del Día del Alzhéimer. El dibujo consistía en una persona mayor haciendo un rompecabezas.
Mientras esperan si les salen otros encargos para dar rienda suelta a su imaginación, Benji y Sita se esmeran en dejar una bonita imagen en el muro de la calle Real, algo que agradecen al propietario de la parcela, quien les ha dado permiso para hacer lo que les gusta. La imagen elegida ha sido la de ‘Amelie’, cambiando la cuchara por un bote de spray. ¿Una invitación para fomentar este arte? Como en casi todo, el tiempo lo dirá.