Una estampa fuera de lo normal: las puertas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, vacías. Son pocos los residentes que entran y salen en la mañana y son menos los que permanecen dentro. Solo unas 270 personas, una de las cifras más bajas de ocupación de los últimos años. Pero lo más sorprendente es que solo 33 de estos inmigrantes son de origen subsahariano. La gran mayoría ahora son marroquíes o argelinos.
Lejos quedan las aglomeraciones y las imágenes del CETI saturado tras las entradas masivas que ha vivido la ciudad y que todos recuerdan con llegadas constantes de subsaharianos. Volando límites, como reza la leyenda escrita en los muros del CETI. Así intentó llegar un amplio número de inmigrantes en la entrada más elevada de la historia de Ceuta cuando cruzaron 611 subsaharianos, entre ellos Ali Magnim. Él es uno de los pocos subsaharianos que queda ya en el centro, pero además es uno cuya permanencia se ha visto enquistada por problemas judiciales Su historia está relacionada con aquel salto.
Aquella madrugada del 26 de julio sería de las más duras que recuerda la Guardia Civil. Hasta 612 personas consiguieron pasar y para ello no dudaron en arrojar de todo contra los agentes del Cuerpo. Incluso arriesgando su vida, pues muchos eran trasladados al Hospital Universitario de Ceuta con heridas y cortes producidos por las concertinas. Todo valía para llegar al otro lado. Por eso, a pesar de las heridas, los jóvenes celebraban al grito de Boza (libertad).
Sin embargo, Ali no quiere ni recordar aquel día. Llevaba meses esperando ese momento. Salió de Togo, donde vive toda su familia, y pasó toda una odisea hasta llegar a Marruecos. Le echaron de casa y no quería seguir en su país. “Mi familia quería matarme y por eso salí de mi país. Yo quiero vivir tranquilamente y por eso entré a Europa aquí en Ceuta”, confesó Ali.
Por eso vino para pisar suelo europeo. Llegó con solo 20 años recién cumplidos, pero ya tiene los 22. Ahora espera y espera unas buenas noticias que no llegan en el CETI, donde no quiere seguir y de donde quiere salir cuanto antes.
“Quiero marchar y subir a la Península. Tengo el documento y todos los papeles”
“Yo quiero marchar y subir a la Península. Tengo el documento y tengo todos los papeles. Quiero tener una estancia donde vivir tranquilo y sin tener problemas con otras personas. Aquí la gente intenta todo el tiempo buscar problemas con el resto. Me duele la cabeza y no puedo estar tranquilo ni descansar. Quiero subir a la Península para buscar un trabajo y buscarme la vida”, continuó.
Pero no sabe qué hacer para poder cruzar a la Península. En dos años nadie le ha dado ni le da una respuesta. “Solo espera todo día. No hay nada más. Despacito, que tenga paciencia y espera. No hay otra respuesta por parte del CETI”, relató Ali Magnim.
Cada semana son muchos los subsaharianos que salen, pero a Ali no le llega su turno. “Muchos salen a la Península, por eso ahora hay poca gente. No hay mucha gente aquí como antes”, explicaba. Él es, de hecho, uno de esos pocos 33 subsaharianos que quedan en el Jaral.
Ali solo quiere un trabajo con el que poder ganarse la vida. No recibe ayudas ni tiene mucho dinero. El poco que tiene lo consigue limpiando algunos coches y le dan unos céntimos que para él valen mucho. Está solo en Ceuta, no tiene a nadie. Solo a los otros residentes subsaharianos que ahora son su familia. Pero el CETI no puede considerarse un hogar porque “hay muchas peleas y no se puede vivir tranquilo”.
El pasado 22 de julio de este año consiguió la libertad definitiva por problemas con la justicia en los que se vio involucrado con otros residentes del CETI. Ahora muestra sus papeles orgulloso de saber que ya está ‘limpio’. Por eso, ya no quiere problemas con nadie. Solo quiere descansar y terminar con su quebradero de cabeza: cruzar el Estrecho. Quiere vivir con dignidad pero en la Península. Está solo y sin ayudas en una ciudad que no es la suya y nadie le da una respuesta.
Vaya como censuramos aquí los comentarios... VIVA la LIBERTAD de EXPRESIÓN.
¿Quedan algunos de los que entraron agrediendo a nuestra Guardia Civil, o ya están en la península "cotizando" para que podamos cobrar pensiones?.
A mi que leche me importa