Tras casi veinte años de trámites, el consejero de Fomento del Gobierno de Ceuta, Alejandro Ramírez, someterá este miércoles a la consideración del Pleno la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ceuta, un documento llamado a animar la recuperación del sector de la Construcción y a dinamizar la actividad económica en la ciudad.
Su implementación durante los próximos ocho años debería servir para la creación de 3.000 empleos, según las previsiones del documento, y construir algo más de 8.000 viviendas, casi la mitad protegidas, con lo que se paliaría uno de los grandes problemas de la ciudad.
Más a largo plazo, el expediente plantea una estrategia “de crecimiento centrípeto” cuya idea primigenia es “priorizar la utilización de las bolsas de suelo disponibles en el suelo urbano con carácter previo a la clasificación de suelo urbanizable”.
El objetivo es “garantizar al máximo la salvaguarda de los valores naturales del Monte Hacho y García Aldave en compatibilidad con la posibilidad de su puesta en valor para uso y disfrute por la ciudadanía”, un propósito plausible, como el desafío de ejecutar “medidas tendentes a suavizar las diferencias socio demográficas, entre la Ciudad y el Campo Exterior respetando, no obstante, los elementos que singularizan y diferencian a dichos colectivos” configurando “espacios atractivos para vivir y nuevas áreas de actividad”. Se trata de un reto ilusionante a acometer ya.