El perímetro fronterizo se ha convertido en una suerte de obstáculos de inversiones millonarias que persiguen un único objetivo: evitar la entrada en Ceuta de inmigrantes desde Marruecos de manera clandestina.
Mientras que en España se implantaron nuevos métodos y se retiraron las concertinas, estas fueron colocadas en las vallas del vecino país. Ahora, tras el 15-S, las autoridades marroquíes han comenzado la construcción de zanjas a modo de trincheras para complicar aún más ese pase.
El lugar donde se están colocando es precisamente toda la zona donde se produjeron altercados y lanzamiento de piedras entre las masas que querían llegar a los montes que conducen a la valla.
Esas trincheras, tal y como recogen medios marroquíes, tienen una profundidad de hasta dos metros y están estratégicamente colocadas para obstaculizar el avance de quienes quieren llegar a la valla o echarse al mar.
Medidas para controlar los flujos migratorios
Las autoridades justifican estas medidas como necesarias para controlar y gestionar los flujos migratorios irregulares, en un contexto de aumento de los intentos de cruce de la frontera, especialmente por parte de menores de edad y jóvenes procedentes de países subsaharianos.
Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos han criticado estas acciones, poniendo de manifiesto que vulneran los derechos de estas personas. En estas últimas semanas se ha dado difusión a varios comunicados críticos con el cumplimiento de los derechos humanos hacia los detenidos, en su mayoría marroquíes y muchos de ellos menores de edad.
Medios como TanjaNews ofrecen las primeras imágenes de esas obras que buscan hacer más complicado la llegada a los montes que conducen al vallado. Esta actuación ha sido la respuesta inmediata que se ha tenido después de lo ocurrido el pasado 15 de septiembre, cuando cientos de personas subieron, precisamente, por esta zona para llegar hasta el vallado.
Y aquí, preocupados por el carnaval...
Pues hoy se han colao 20 por el mar... Hay q poner tsunamis
Y nadando desde Marruecos hasta el Sarchal… no me lo creo