Son tres amigos de El Jadida, esa tierra ubicada a 500 kilómetros de Ceuta de la que han huido tantos y tantos vecinos. Se llaman Sofiane Mallah, de 17 años; Abdul Qadir, de 18; y Muhammad Kabawi, de 17 años.
Desaparecieron el 28 de agosto, cuando, juntos, decidieron echarse al mar para cruzar a Ceuta precisamente en uno de los periodos de mayor presión en la ruta del espigón.
Llegaron a Castillejos y, desde allí, decidieron seguir hasta llegar a Ceuta. Hoy, días después de aquello, sus familias no reciben noticias de su paradero.
Los tres amigos marcharon juntos y juntos han desaparecido. Lo que quieren sus seres queridos es información sobre su paradero, algún dato sobre ellos porque no han recibido llamadas ni saben qué ha podido pasarles.
La incertidumbre es mayor porque ninguno de los tres se ha puesto en contacto con sus familias. Quisieron cruzar en uno de los periodos de mayor presión migratoria en la ruta de los espigones que conllevó un refuerzo de agentes no solo en el lado español sino también en el marroquí.
De El Jadida han partido muchos de los menores llegados a la ciudad, es esto precisamente lo que ha llamado la atención al ser una tierra alejada pero que genera cuantioso movimiento migratorio. Un signo inequívoco de que se está promoviendo la salida de esta zona específica, pero no de otras ciudades próximas.
A los menores se suman los adultos y también las desgracias representadas por quienes perdieron sus vidas en el mar. En Ceuta hay enterrados varios residentes de esta zona y, en otros casos, se ha conseguido su traslado al lugar de origen.
Varios de los fallecidos tenían en común su relación con clubes deportivos y participación en actos de los equipos.
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