Para los vecinos de la calle Pedro de Valdivia, en Ceuta, salir a la barriada de Juan de Juanes resulta muy cansado. Hay tres modos de acceder a los portales 1 y 2 de esta vía y los tres requieren subir o bajar un tramo largo de escaleras. Uno da a la calle Francisco de Orellana, otro a Juan de Juanes y el tercero a la Doctor Marañón. Ir a comprar, a por el coche que estacionan en los alrededores o dar un paseo precisa de un esfuerzo que desgasta en especial a las personas mayores, los niños pequeños o a quienes transportan a sus hijos en carrito. Una labor que se dificulta todavía más cuando se tiene una discapacidad que abarca gran parte de la espalda y una de sus muñecas, como es el caso de E.R.H.
Además, por la posición del edificio, desnudo, con frecuencia pega el viento y “arrastra” el carrito de bebé de forma que obliga a que esta madre de 32 años tenga que ejercer toda su fuerza por tramos de al menos 27 escalones si quiere moverse de casa. A estos se suman los del propio inmueble, que no tiene ascensor. E.R. vive en un primero pero, asegura, tiene una vecina con un niño más pequeño que debe subir hasta un tercer piso. Una situación infernal de la que nadie parece hacerse cargo. La paciencia de la denunciante se agotó cuando, al ver la reforma de uno de los accesos —el que da al establecimiento ‘Horno Neoyorkino’ y es el más largo—, para su sorpresa descubrió que, pese a las obras, no se había instalado una rampa. La vecina solicita que se construya por lo menos una. “Hay personas que tienen una edad y va a llegar un momento en el que no puedan salir de ahí”, augura E.R.
Qué al señor vivas no le interesa ponernos una rampa para que su familiar que es quien tiene la concesión del puerto pueda seguir atracando a los ciudadanos que tenemos una embarcación o moto