Naufal Chekhali cumpliría 25 años el próximo 12 de septiembre. Estudiaba peluquería y era uno de los cinco hermanos de una familia que durante muchos años vivió del
comercio a través de la
frontera con Ceuta hasta que esa inyección económica se agotó. Desde hacía días barajaba arrojarse al mar para entrar a nado bordeando el espigón. Ese mismo mar se lo tragó la pasada madrugada arrastrando su cuerpo sin vida hasta la zona del muelle de España en donde a primera hora de la mañana lo encontraría la
Guardia Civil. Había intentado el cruce a nado, el que ya se conoce como cruce de la muerte, en traje de neopreno y con unos manguitos como los usados por los niños para aprender a nadar. Este joven tetuaní completa la ruta de muertes asociadas a esa
Frontera Sur que se ha convertido en un auténtico muro para una juventud que durante mucho tiempo vivió del porteo y ahora se ha encontrado sin ayudas y sin posibilidades de mejorar. Nada más publicarse la noticia del hallazgo de un cadáver, familiares de Naufal temieron que fuera él el fallecido. Una intuición que se corroboraría poco después. La práctica de la autopsia verificó su muerte por ahogamiento. Ahora la familia espera poder trasladar el cuerpo a
Marruecos para darle sepultura en su tierra.
Dijo que se marchaba con un amigo
El joven se había despedido de su familia horas antes de echarse al mar este pasado lunes. Cuenta su tía a El Faro de Ceuta, que comunicó a su padre que iba a salir con un amigo sin desvelarle que su pretensión era nadar hasta la ciudad para buscarse aquí la vida. Las muertes constantes y sin freno que se han producido en esta ruta no abortan esa necesidad de una juventud que no tiene futuro y que busca garantizar así la vida de sus familias. Es lo que quería Naufal. Cuenta su tía que en alguna ocasión había confesado su ánimo de cruzar a Ceuta viendo las necesidades que tenía un núcleo familiar formado por cinco hermanos, la más pequeña de solo 1 año.
Estudiante y futbolista en el Atlético de Tetuán
Naufal se arrojó al mar junto a un amigo que detuvo su ruta para regresar a Marruecos al ver el complicado estado del agua. El protagonista de esta cruel historia siguió en cambio la ruta. Horas después, ya en la mañana de este martes, amigos del joven vieron a la Guardia Civil sacar su cuerpo sin vida alertando a la familia y formándose un hilo de comunicaciones y colaboraciones hasta constatar que las sospechas eran ciertas: era Naufal. Un tío del joven que reside en la Península cuenta a este periódico que su sobrino era un buen estudiante además de destacar
en el fútbol como miembro del
Atlético de Tetuán.