La Brigada de Información de la Policía Nacional ha llevado a cabo una investigación callada y con resultados en torno a unos hechos complejos, porque no se trataba solo de aclarar la autoría de unos disturbios cualquiera, sino precisamente los acontecidos en el marco de una situación politizada que llevó de hecho a que se emitieran críticas cuestionando el papel del CNP, ya que Vox llegó a solicitar la dimisión del jefe superior. Con un trabajo ajeno al revuelo y a ese demasiado ruido nunca prudente ni conveniente, los integrantes de la Brigada de Información han armado un informe con imágenes, descripciones, identificaciones y datos que ha llevado a la presentación ante el juzgado de 6 personas, que se suman a los dos menores que fueron detenidos en un principio. Mientras fuera se criticaba la labor, dentro se trabajaba, demostrándose un buen trabajo y aclarando muchas cuestiones como el origen del lanzamiento de la famosa silla o por qué no se desalojó la plaza de África en un inicio de esa contramanifestación.
El ruido de quienes han pretendido afear la labor de la Policía se queda en eso, en mero ruido después de que se ponga el trabajo encima de la mesa porque lo prioritario era esclarecer qué pasó, conducir al juzgado a los principales presuntos responsables y descriminalizar a los demás presentes porque no todos coparticiparon de actos violentos ni estuvieron de acuerdo con el fin de un acto social que movilizó a personas disconformes con unas declaraciones hirientes, vertidas por Santiago Abascal, que ni siquiera han sido rectificadas ni condenadas.
Los resultados se consiguen trabajando, al margen quedan los que se dedican a la búsqueda de los efectos.