Trabajadores de la Ciudad quieren negociar para que no se bajen sueldos

No está la última palabra dicha en relación con el recorte del cincuenta por ciento del plus de jornada especial que cobran los trabajadores que desarrollan su labor con cuarenta horas a la semana.

Por supuesto, que al Gobierno autonómico no le ha quedado más remedio que aplicar ya la ley y dar la orden oportuna para que en la nómina del próximo mes se produzca ya esa reducción del cincuenta por ciento que, según contó la semana pasada el portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, supone una media de unos ciento veinte euros mensuales.
Parece que son muchos los trabajadores que no están de acuerdo con la medida adoptada la semana pasada por la Unión General de Trabajadores, que quiso dejar plasmada su mayoría dentro de los dos comités que existen en la Ciudad Autónoma, el de funcionarios y laborales, desoyendo el consejo que realizaban otras centrales sindicales como Comisiones Obreras y CSI.F.
Porque la propuesta que a última hora realizó el ejecutivo autonómico era muy fácil: que los trabajadores eligieran lo que preferían de manera individual y que las centrales sindicales no pusieran ninguna pena a la libertada de cada uno para sumarse o bien a la bolsa de horas extraordinarias que prefería el ejecutivo presidido por Juan Vivas o la reducción del cincuenta por ciento del plus.

Elegir
No ha sentado nada bien a muchos que no se les haya dado la oportunidad de elegir por ellos mismos. Tengamos en cuenta que ya en su momento hubo encima de la mesa de reuniones un documento firmado por más de ciento cincuenta policías locales y bomberos que no querían la postura drástica. Sin embargo, en la asamblea que se celebró a los pocos días, por una mayoría de un setenta u ochenta por ciento se rechazó el acuerdo.
Pero hay muchos funcionarios y trabajadores municipales que no se dan por vencidos. Que saben a la perfección que queda tiempo de maniobra hasta que llegue finales de mes y con ello la entrega de la nómina con la reducción. Por esta razón le han hecho llegar al Gobierno su intención de presentar una propuesta donde se pueda por un lado cumplir con lo que establece la ley, es decir que se trabajen dos horas y media más a la semana, pero que esa cantidad vayan a una bolsa que permita que se cubran los servicios extraordinarios y que no haya reducción de los sueldos, que, desde luego, ha sido siempre la primera intención del Gobierno autonómico, como nos confirmaba en la mañana de ayer la consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel.
Y se van a sentar con ellos a escucharles, porque nunca se ha negado el diálogo en este Gobierno, como reconoce la misma presidenta accidental "y luego se lo vamos a trasladar a los sindicatos, para que nuevamente nos ofrezcan su visión del asunto".

Altas esferas
Ante esta nueva iniciativa, desde luego, se tiene confianza en las altas esferas del Consejo de Gobierno de que se abra una nueva oportunidad de entendimiento y más cuando la oferta nace desde abajo, desde los propios trabajadores, a los que se entiende están obligados a escuchar los dirigentes sindicales y no ir en contra de sus propios intereses.
Porque no se puede olvidar que la polémica se ha servido con Policía Local y Bomberos que, en definitiva, son la gran mayoría de los trabajadores municipales que hacen las cuarenta horas, pero quedan grupos importantes que no se quieren quedar marginados como sería la biblioteca, el cementerio, y muchos de los centros denominados de veinticuatro horas.
Se desconoce cuando se producirá la llegada de esta nueva propuesta, pero se supone que no será dentro de muchos días, porque también el tiempo se echa encima.   
Desde luego, la pelota va a estar nuevamente encima del tejado de los sindicatos, de manera especial en el de la Unión General de Trabajadores.

Se ha intentado de todas las maneras posibles

Al Gobierno autonómico no se le puede achacar en ningún momento que no haya hecho todo lo posible para que no se vean obligados a plantear una reducción de los sueldos. Y como prueba estuvo la última reunión que, además no la esperaban ni los propios sindicatos. Y tuvo lugar en la mañana del uno de agosto concretamente.
Cuarenta y ocho horas antes, el treinta de julio, los policías locales y bomberos se reúnen en una Asamblea y rechazan el preacuerdo que habían alcanzado los líderes sindicales con los máximos responsables de Recursos Humanos de la Ciudad Autónoma.
A pesar de ellos, los sindicatos se encuentran con la sorprensa de que son nuevamente convocados a una mesas de negociación para el miércoles por la mañana, y que en la misma iba a estar presente el consejero Guillermo Martínez. En teoría es para comunicar el resultado de la asamblea, pero se encuentran con una nueva puerta abierta y era que los trabajadores municipales pudieran elegir a título individual si deseaban una u otra solución. A esa solución se apuntan dos sindicatos como son el caso de Comisiones Obreras y CSI.F, pero la Unión General de Trabajadores se opone en rotundo.