Un sonido atronador que, en lugar de atormentar al oído, se convierte en una canción de victoria. Es el “sí, has salido”. El sinónimo de la que la vida sigue adelante. Por primera vez en el Hospital Universitario de Ceuta se ha entonado este golpeteo cargado de buenas noticias. Un grito de alegría que tiene dueña: Gema Sánchez de la Torre. Ella ha estrenado la nueva campana del área de Oncología, un obsequio que la propia caballa ha donado al centro sanitario.
Más que un símbolo para festejar el fin de su proceso de quimioterapia, ha entregado esta pieza para que el resto de pacientes tengan la posibilidad de vivir este momento al igual que ella. La idea vino a su mente tras ver vídeos de este gesto por redes sociales. “Me salían muchas publicaciones, por desgracia, de personas enfermas. Veía que siempre la tocaban. Cada vez que lo visualizaba, me emocionaba. Así que empecé a preguntarme por qué aquí no había una”, expresa.
No es una mera acción ni se hace por azar. Tiene su significado, uno que trasciende más allá de la foto o del ruido. “Alguien me dijo que esta melodía se traduce a un sí, a que sigues adelante”, menciona. Finalmente, se decidió por llevar a cabo esta iniciativa y pidió permiso a las enfermeras, que, en sus palabras, han sido “los ángeles” de su camino. “Hice también una dedicatoria en una placa. La han colocado al lado y ahí está quienes terminen”, indica.
Tiene aún las emociones a flor de piel y su voz lo refleja a través del teléfono. Afable y cercana, cuenta con total naturalidad todo lo que ha experimentado durante su trayecto. “Ha sido muy emotivo porque es un recorrido muy largo y muy duro. Ahora no puedo parar de llorar”, remarca.
“No se ha terminado todavía, ahora toca radio y tomar pastillas, pero esto era más difícil, más incluso que la cirugía. Me quitaron toda la mama”, narra. “Me lo diagnosticaron en noviembre de 2023. Me operaron. La mastectomía fue en marzo de 2024. Ahí me comunicaron que ya todo estaba bien. Solo tenía que hacer radio. Más tarde me dijeron que los ganglios estaban afectados y tuvieron que intervenir de nuevo en abril. Me extrajeron 16 ganglios”, explica.
Gema sabe a ciencia cierta que, en el momento en el que llegó el tumor a su vida, ya era una paciente para toda la vida. Lo acepta y lo refleja. “Esto es para toda la vida. Tiene muchas limitaciones. Desafortunadamente, tuve que pasar por una quimio. Tras un test supe que estaba limpia”, menciona.
Su testimonio está plagado de agradecimiento hacia los profesionales que han estado junto a ella en esas citas e ingresos. “Tenemos en Ceuta a grandísimos profesionales”, ha asegurado. “El equipo de enfermeras es increíble. Son ángeles. Están pendientes de todo”, ha aseverado. Esos sí, también saca a relucir la situación en la que trabajan. “Son poquitas para tantísimas personas, para sacar sangre, poner un tratamiento… Hace falta gente”, subraya. “Aun así, siempre están con una sonrisa y animando”, manifiesta.
“Somos muchos usuarios con esta dolencia. La sala está a tope siempre”, relata. “No son máquinas, son humanos”, apunta. “Hace poco fui y solo estaba un oncólogo. Tenía revisión y aquello estaba lleno. Eso no es bueno para el médico que estaba allí ni para los pacientes. Las citas se retrasan y esto no es un asunto que se pueda dejar”, expone.
No ha estado sola. Su familia y amigos la han arropado. “He tenido la suerte de que han sabido cómo hacerlo todo muy bien. Me han apoyado mucho y, por mi parte, aunque habrá a quien no le guste, me lo he tomado con humor. He gastado muchas bromas sobre el tema. Me ha ayudado a reírme”, confiesa.
Ser un allegado y ver cómo un ser querido experimenta esta situación no es fácil. A veces, a pesar de la buena intención, se puede herir a quien lo sufre. Gema aconseja en este sentido “hacer vida normal” y acompañar. “No por tener esto ya eres vulnerable y tienes que dar pena”, reflexiona.
Existen también comentarios que pueden, más que alentar, producir un efecto adverso. El adjetivo “campeona” o similares, provoca, en realidad, un momento de cierta tensión. “Lo que marca verdaderamente en todo esto es ver que te dicen que es una tontería o que soy una guerrera. No lo soy porque no he elegido esto. Simplemente que afrontar el problema sí o sí”, recalca.
“No es que me moleste o me enfade por ello. Es solo que quien lo es ha ido a buscar su batalla para ganarla y ese no ha sido el caso. Esto te toca y lo único que queda es apretar los dientes, llorar el primer día y tirar para adelante por tus hijos, por tus amistades, tus familiares y todo el ejército que yo llevaba detrás, que hace muchísimo”, especifica.
No le quedó más remedio que enfrentarse a ello y, como una especie de epifanía, el cáncer le trajo un cambio radical a su mentalidad. “Me ha cambiado. Siempre he sido una mujer que no se ha valorado, que nunca pensaba en sí misma antes que el resto”, afirma. “Esto te enseña que lo primero eres tú y tus niños. Si antes no tenía filtros al hablar, ahora menos. No es que te vuelvas en alguien egoísta, es que ves la vida de otra manera”, expresa.
“Me da coraje quien se queja todo el día cuando está sano, tiene su trabajo y todo está en orden. Es obvio que todos tenemos problemas, pero a ese tipo de personas, las invitaba a pasar por una sala de oncología para que vean a otras que, estando muy malitas, tienen una sonrisa de oreja a oreja”, señala.
Mirarse al espejo por primera vez tras la cirugía puede ser toda una odisea. Detrás de los mensajes de las campañas en la calle, el color rosa o lo que se cuenta en redes sociales, existen una serie de golpes bajos a diferentes aspectos vitales que solo conocen los pacientes.
“Cuesta verse reflejada. Aunque se diga que el físico no importa y que es secundario, es lo peor. Observarte llena de marcas, sin pelo, con más peso. No se lleva bien porque das la imagen de que estás enferma, pero yo sabía que me iba a recuperar desde el inicio. “Fue duro. Me fue difícil un mes o más. Mi madre me ayudaba en la ducha porque no quería contemplarme”. Se ojeó en un vídeo porque no se sentía capaz de hacerlo en persona. “Ahí fue cuando pensé que no era para tanto”.
“Estoy repleta de cicatrices, pero, como se suele decir, son heridas de guerra”, concluye. No fue la única repercusión, también tuvo otras, entre ellas, sus limitaciones en el brazo. No le pueden sacar sangre y tiene que hacer rehabilitación. “No sabía tampoco que había una quimioterapia hecha para cada uno”, alude.
Cree que, precisamente por no saber sobre todo ello, es imprescindible visibilizar más esta realidad y promover más los recursos que existen ya que estima que existen afectados que no conocen las herramientas que pueden ofrecerles en asociaciones como ACMUMA o AECC, en especial, en cuanto a auxilio psicológico. “La profesional con la que he estado se llama Vanesa. Es un encanto y un angelito más”, destaca.
Esta necesidad de promocionar más el proceso es otra de las razones por las que también aboga por la difusión de historias personas por redes. No es un secreto que otras personas que han atravesado esta circunstancia han hecho pública su vivencia, como el caso de Elena Huelva. “Me parece bien porque así no es un tema tabú. Hay a quienes se lo diagnostican y lo interpretan como sinónimo de muerte. Gracias a dios a día de hoy se dan muchas investigaciones”, relata. “Esa gente que sale en pantalla, que están sonriendo y que te aconsejan o te cuentan su día a día, aunque parezca mentira ayuda mucho”.
Ella, por fortuna, ya ve la luz al final del túnel. Recomienda a otros pacientes “que tengan actitud, que es lo más importante. Que se permitan también un llanto de vez en cuando; una lloradita y a seguir. Que sean ellos mismos y que miren por ellos”. Aún tiene algún que otro dolor. Espera, con ilusión, el día en que se disipe para preparar la maleta y visitar otra ciudad. “Cuando se me quiten, voy a viajar, aunque sea para dos días. No quiero otra cosa que no sea salir y vivir”.
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Enhorabuena. Y muchas gracias a todo ese equipo de profesionales del Hospital de Día.
Llevo 15 años luchando . Gracias a Dios y a los profesionales de esa gran familia . Estamos día a día luchando . Gracias a Dios seguiré luchando por mis hijos y mi familia que tanto Apollo me a dado . Darles gracias a todos Po su apollo
Enhorabuena.
Fuerza, lucha, tenacidad y sobretodo ilusión.
Es lo que has derrochado, tú y los tuyos.
Enhorabuena y fuerza