De nuevo el Reino Unido al galope contra la Unión Europea a la búsqueda de mayores ventajas con la amenaza continua de separarse de en caso de no aprobar sus exigencias.
Así, el osado Cameron se encuentra dispuesto a “batallar duro por el Reino Unido” porque no quiere a los inmigrantes comunitarios con acceso a prestaciones sociales y sanitarias durante los cuatro primeros años, así como seguir fuera de acuerdos básicos de interior y asilo y cambios en la libre circulación, en contra del resto de países y fundamentalmente de Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa que reunidos en el Grupo de Visegrado (también llamado V-4) se oponen vivamente para no ceder en la libertad de movimientos de sus ciudadanos allá en la Gran Bretaña.
Pero Cameron juega con frecuencia a la ruleta rusa y ahora se fija de nuevo un referéndum, otro, para la próxima primavera y de nuevo pone a las instituciones comunitarias en situación de inestabilidad y promete de nuevo sus ciudadanos “estar en el club, pero sin pagar”
Ya el haber permitido la no integración en la Unión Económica conservando su libra abriendo dos mundos financieros, el anexo a la Commonwealth y el anexo al resto de Europa junto a la preponderancia de Londres como capital financiera no debió haberse permitido. Pero Cameron ganó las elecciones en el pasado Mayo con mayoría absoluta pero con ciertas servidumbres entre ellas las de dejar a los miembros de su partido más proclives a abandonar el barco europeo a hacer sonar sus trompetas a favor del “Brexit”. Lógicamente, esto ha dividido al partido. Así, tácticamente considera que puede obtener más beneficios de la UE como algunas concesiones en materia de soberanía nacional y de restricción de beneficios sociales a los inmigrantes comunitarios, o con la expulsión de los que no hayan aprendido inglés en dos años y medio (ahora que lo pienso tengo un vecino inglés que llegó a España creo que antes de la toma de Gibraltar y no ha conseguido aprender una palabra de español), hasta ayer con la resistencia de la canciller alemana, que le permitieran defender la adhesión británica a la UE en contra de alguno de sus ministros, como Duncan Smith (Trabajo y Pensiones), Theresa Villiers (Cartera de Irlanda del Norte) o el mismo líder de los conservadores en la Cámara de los Comunes, Chris Grayling.
Sin embargo Alemania está girando suavemente hacia una postura más restrictiva de las prestaciones sociales para los europeos, según se desprende de la entrevista de Angela Merkel con su colega rumano Dacian Ciolos en Berlin “Es necesario reflexionar sobre si alguien sin trabajo en Alemania y que nunca aportó a su sistema social debería beneficiarse del mismo” dijo la canciller, por lo que desde ese punto de vista coincide con David Cameron. También manifestó que la libre circulación de personas que prevén los tratados europeos no significa libre acceso a las asistencias sociales nacionales. Hay que recordar que una sentencia del Tribunal Federal de Asuntos Sociales alemán, que propuso limitar el auxilio social a los extranjeros sin trabajo procedentes de la UE por la que los ciudadanos comunitarios solo podrían solicitar esas ayudas tras seis meses de residencia en Alemania.
La llegada de más de un millón de refugiados sirios e iraquíes fundamentalmente, las protestas por las violaciones en la última noche de 2015 al parecer organizada por refugiados originarios del norte de África y países árabes han encendido una llama que será difícil de apagar y que puede extender su fuego a ciudadanos extranjeros comunitarios que nada han tenido que ver en la situación creada ni en cuanto a la limitación de los recortes sociales. Parece que la Señora Merkel va a tener que dejar a un lado la política laxa que ha tenido con los 1,1 millones de refugiados al establecerse una conexión entre los hechos acaecidos en Colonia, Stuttgart y Hamburgo y los refugiados llegados. Además de las cuestiones de seguridad en el país que se plantean. El periódico Der Spiegel recogió el testimonio de uno de los agresores según in informe elaborado por agentes del operativo policial “Soy sirio, me tenéis que tratar bien. La señora Merkel me ha invitado”, otros atacantes rompieron supuestos permisos de residencia ante los agentes diciendo” No podéis hacerme nada, mañana consigo otro”
Pero las propuestas parecen razonables y deben ser discutidas en profundidad en la UE y no concederse como un privilegio a los británicos porque en mi opinión son sensatas. Así, en nuestro país no deberíamos conceder derechos en cuanto a la Sanidad y la Seguridad Social a los inmigrantes hasta que no aporten cotizaciones suficientes a la Seguridad Social. Está claro ante todo que el sistema debe ser común en todos los Estados de la UE y fruto de un gran consenso. Lo contrario originaría unos flujos migratorios para obtención de los mayores beneficios pero sin añadir productividad alguna al trabajo dentro de la UE. Cuestión distinta es la emigración procedente del exterior a la UE que dependería de cada Estado pero que se reflejaría en los flujos migratorios internos del espacio europeo. La cuestión es compleja y debe ser tratada en común con soluciones comunes. Porque ¿Qué pasaría con los cerca de 400.000 británicos residentes en España si el Reino Unido, la sexta potencia económica mundial decidiera salir de la UE? Los partidarios de esta salida preconizan que serían los acuerdos bilaterales los que funcionarían como ocurre con Noruega o Suiza. “Necesitamos limitar el número máximo de inmigrantes a 50.000 al año, actualmente estamos recibiendo más de 600.000 “según Arrons Banks, los británicos desean una drástica reducción no el parche de Cameron “el país está llegando al límite”
Además de los factores esencialmente sociales se añaden por los partidarios de la salida (Leave .EU) los factores económicos. ”La UE es un Titanic. El euro está crucificando el sur der Europa, incluida España, y la política monetaria sirve tan solo a los intereses de Alemania. Unas economías con más del 20% de paro es una receta para el desastre”. Otros señalan “La Unión Europea nos resulta terriblemente cara. El coste total de nuestra permanencia es de 25.000 millones de euros, la UE nos seguirá quitando dinero y poder durante décadas”
Lo que está detrás de todo ello es que la UE ha conformado una estructura fiscal muy positiva para los Estados miembros en cuanto a la disciplina de déficit, tipo de interés y deuda pública surgida de los criterios de Maastricht
La previsible tormenta que originará el referéndum británico sobre su salida de la Unión Europea, independientemente de su resultado, debería servir para ajustar los indicadores económicos, que hasta ahora han funcionado correctamente, si bien es excesiva la facilidad con la que el BCE abre su mano para la compra de deuda pública empujando a los países , entre ellos España, a endeudarse más y más, y es necesario, en mi opinión, exigir un mayor compromiso en las obligaciones pactadas con los Estados para el mantenimiento dentro de los márgenes establecidos de los indicadores básicos; y por otra parte, ajustar y definir los factores sociales en los que se ha sido extraordinariamente permisivo. Es un tema más complejo pero que finalmente incide como todos en la economía de los Estados, así la permisividad de la llamada multiculturalidad que significa la preponderancia de lo extranjero en detrimento del zócalo cultural de Occidente, los abrazos abiertos a la inmigración sin límites independientemente de las posibilidades de acogida si finalmente irrumpen en ciudades que no pueden soportar tal cantidad de inmigración cuando no hablemos de países como España que tiene más del 21 % de paro y un déficit presupuestario del 5%. Y aunque todo estuviera en orden, hay límites que no deben sobrepasarse so pena de destruir nuestro estado del bienestar y a la larga nuestra civilización.
Espero y deseo que el toque de queda británico sirva a todos los países europeos a una profunda reflexión. Soy de los que considero que la pertenencia a la UE, aun cuando ha beneficiado preferentemente a Alemania que también ha sido quien más fondos públicos ha arriesgado, ha corregido nuestros desequilibrios y ha puesto un cierto orden en nuestras finanzas además de financiar gran parte de nuestras infraestructuras con la dura ayuda del euro.
Al “To leave or not to leave” británico debe responderse con el “Reform or not reform”de la Unión Europea. Y por supuesto, reformarla, esa es la cuestión.