Ceuta engrosa por méritos propios el calendario del deporte en los últimos años. La cita del ‘VII Desafío de los 300’ se ha convertido en imprescindible por la pasión, la competencia descarnada y el hervidero de público que concita, sea desde la Playa de la Ribera, punto de salida de la prueba, a pie de obra o como espectadores de lujo en las barandillas marítimas. Fue una jornada de ensueño, de alternativas en la prueba, gracias a la colaboración del Gobierno local, pero con la decisiva participación del Grupo de Regulares 54.
Hubo emoción a raudales durante todo el recorrido pedestre con obstáculos, con equipos de dos o tres miembros, y también en los prolegómenos gracias a la cobertura aportada por Regulares.
La prueba consistió en una carrera de obstáculos sobre un recorrido de 13,6 kilómetros que organiza el Club Deportivo González Tablas. La colaboración y el compañerismo, propios de los mencionados regulares, impregnaron toda la jornada extrapolándose a los demás presentes.
Ceuta unió esos valores con el deporte y el escaparate turístico que supone este evento, por el gran protagonismo el emblemático Monte Hacho. El éxito fue mayúsculo en el traslado de sacos, paso sobre carros de combate, transporte de camillas y otras gentilezas propias del entrenamiento militar. En 2025, más, porque precisamente ese es el camino a seguir.