Termina la obra de habilitación de 156 nuevas tumbas en Sidi Embarek

La empresa adjudicataria de la ampliación de urgencia del cementerio musulmán de Sidi Embarek ha terminado las obras de habilitación de 156 nuevos puntos de enterramiento en el camposanto de Ceuta, en cuya parte ya acondicionada todavía restan por ocupar otras 18 tumbas, según indicaron ayer fuentes de la administración.

La plantilla del camposanto valoró ayer en declaraciones a este periódico tanto el trabajo realizado por la compañía Áridos y Transportes del Estrecho como el seguimiento “diario” que de la ejecución del proyecto ha realizado el consejero competente, Alberto Gaitán.

El presupuesto de adjudicación de las obras rozó los 52.000 euros.

Gaitán explicó en marzo en el Pleno que la licitación convocada para la ejecución de la segunda fase de ampliación del cementerio de Sidi Embarek más ambiciosa quedó desierta y a expensas de una revisión de su importe atendiendo al encarecimiento de materiales como el hormigón y el acero.

Su presupuesto se elevará un 34%, hasta más de 1,3 millones de euros, para poder habilitar 827 nuevos nichos de enterramiento, según detalló.

La ampliación que ha quedó desierta prevé 460 nuevas tumbas en la plataforma superior y otras 367 en las escalonadas, además de espacios residuales para enterramiento de fetos y amputaciones, lo que, sumado a la posible capacidad teórica de las explanadas inferiores ejecutadas en la primera fase, da un total de 1.397 nichos.

Se actuará sobre más de 4.000 metros cuadrados para nuevos enterramientos que garanticen, teniendo en cuenta las estadísticas de los últimos 34 años y el incremento de las defunciones atribuido a la Covid-19, un horizonte de capacidad para acoger sepelios al menos hasta 2030.

En la plataforma superior situada al norte del vial, con una superficie bruta de 1.902 metros cuadrados que puede albergar hasta 460 tumbas, se han proyectado dos conjuntos lineales compuestos cada uno de siete bancos flanqueados por sendos naranjos, jardineras y luminarias sobre pedestal con espacio para colocar un mosaico cerámico de motivo religioso en su base.

En las cuatro plataformas escalonadas inferiores que se ubican al sur (cuyo ámbito total alcanza los 1.380 metros cuadrados con espacio para unas 367 tumbas), el concepto será “algo más austero” por la necesidad de “optimizar el espacio destinado a los enterramientos”.

Así, contempla las mismas luminarias autónomas, pero ancladas en la coronación de los muros de borde, además de las fuentes y papeleras que también se reparten en las dos franjas de la plataforma superior completando la dotación de mobiliario urbano.

Cuando se ejecute esta segunda fase va a ser preciso que la Ciudad se plantee “liberar de ocupantes los terrenos de propiedad municipal ubicados por encima de la actual ampliación para prever el desarrollo de futuras áreas de enterramiento sin olvidar la conexión ulterior del eje viario con la calle Soldado del Valle Almazán para propiciar el tránsito del cortejo fúnebre por un camino pavimentado”.

Ampliación hacia el oeste y construcción de un tanatorio

La ampliación del cementerio musulmán de Sidi Embarek que se ha propuesto en los dos proyectos confeccionados hasta ahora contempla su crecimiento hacia el oeste del límite del actual y en sentido ascendente, hasta alcanzar la cota del pie de la antigua cantera, adaptándose a un terreno de “compleja topografía” y ajustándose al espacio libre existente que corresponde a la Parcela 245 del Campo Exterior de propiedad municipal, en cuya parte central existe un grupo de casas con ocupantes en precario y, en la superior, un conjunto de naves y un bloque de viviendas.

Los técnicos estiman que para ello “sería conveniente llegar a un acuerdo con la propiedad de la parcela situada entre dicha calle y la mezquita con el fin de ocupar una parte colindante y poder desarrollar el trazado del vial con una longitud algo mayor que permita reducir en parte su pendiente”.

La Ciudad también prevé invertir más de 700.000 euros en un tanatorio.

El edificio, cuya ejecución se calcula en 18 meses de obras que deberían comenzar este ejercicio, servirá “para gestionar los servicios de atención a la muerte reposa y responder a la necesidad de la comunidad musulmana y a la diversidad religiosa en nuestra ciudad desde una perspectiva del máximo respeto hacia las especificidades mortuorias de las distintas confesiones religiosas en el marco de la legalidad vigente” y sin obligar a terminar con ninguna tradición, sino como una posibilidad añadida para velar a las personas fallecidas.

Se configurará como otra entrada al cementerio, ya que en su planta baja se dejará un pasaje que constituirá a la vez el acceso al camposanto y al tanatorio.