¿De qué se trata? Es el arte de escuchar el cuerpo con las manos de una manera inteligente e intuitiva a través de un contacto muy ligero que es tanto diagnóstico como terapéutico.
Comencé mi carrera profesional hace ya 22 años al finalizar mis estudios de Fisioterapia. Siempre quise dedicarme a facilitar de alguna manera la vida a los demás. Sin embargo, la universidad me decepcionó bastante. Esa manera compartimentada de estudiar al ser humano, como si fuésemos trozos articulados pero sin relación unos con otros. Esa sensación de insatisfacción constante me ha acompañado la mayor parte de mi vida profesional por lo que no he cesado de estudiar másteres, postgrados, cursos e incluso dos cursos de Psicología por la UNED, siempre intentando entender el porqué de la enfermedad y malestar de mis pacientes. No fue hasta el quinto curso de los estudios de Osteopatía, en un seminario de terapia cráneo sacra, cuando realmente sentí que conectaba con esa manera de entender la salud y la enfermedad así como una manera mucho más holística, respetuosa y poco invasiva de tratar a mis pacientes. Me formé con la Escuela Europea de Terapia cráneo sacra biodinámica en Madrid durante dos años más, porque me dieron buenas referencias de esta formación. Es cierto que en España las terapias más alternativas no están reguladas oficialmente, por lo que cualquiera sin estudios universitarios puede matricularse en ellas, desprestigiando muchas veces a las mismas. Sin embargo, yo he llegado a un punto de mi carrera en el que reconozco al ser humano como un complejo sistema energético, espiritual y corporal en el que cada síntoma que se manifiesta tanto a nivel físico como psíquico tiene una explicación que está grabada en nuestros tejidos corporales y que nos acompaña desde el momento en que venimos a este mundo. Porque sí, la manera en que nacemos, e incluso cómo hemos sido concebidos influye en nuestra corporalidad y en nuestra manera de estar. Pero, ¿qué es la Terapia cráneo sacra biodinámica? Es una terapia holística que trata el cuerpo, la mente y el alma. Es el arte de escuchar el cuerpo con las manos de una manera inteligente e intuitiva a través de un contacto muy ligero que es tanto diagnóstico como terapéutico. Se basa en que el cuerpo tiene la capacidad de repararse, sanarse y mantener su estado de equilibrio. El papel del terapeuta es facilitar y agilizar esa inteligencia inherente del cuerpo. El terapeuta tiene que contactar con la propia habilidad del paciente para encontrar su camino de curación. El cuerpo no miente. Todo lo vivido queda registrado en él. Los tejidos tienen memoria. Por poner un ejemplo, cuando un antílope en la sabana africana está huyendo de un león, tiene activado su sistema de alerta para que su cuerpo rinda al máximo y no ser devorado. Si en esta persecución logra ponerse a salvo, el antílope comenzará a convulsionar durante al menos 20 minutos, para descargar toda esa energía retenida en su cuerpo. Si esto lo extrapolamos al ser humano, diariamente tenemos a un león hipotético (el trabajo, los hijos, la casa, etcétera) con nuestro sistema de alerta activo de manera constante. Si no somos capaces de soltar esa energía retenida, al final terminaremos enfermando de una u otra forma, bien con dolores, bien con problemas digestivos o incluso ansiedad, insomnio, etcétera. La terapia craneal es una oportunidad de conectar con uno mismo, de mirar hacia adentro y conectar con las sensaciones corporales. Así, el terapeuta cráneo sacral tiene que ser capaz de detectar estos ritmos sutiles para saber en qué lugar se encuentra la disfunción y poder facilitar al cuerpo su propio camino de recuperación.
Presencia terapéutica
En esta terapia, la actitud del terapeuta es fundamental. Tiene que estar en una posición de quietud y de atención plena (mindfulness) para dejar espacio a que el cuerpo del paciente se exprese y pueda recuperar su salud. El paciente a su vez debe estar prestando atención a sus sensaciones, ya que son éstas las que le van a ayudar a conectar en el momento presente con su propio proceso. Cualquier persona puede beneficiarse de esta terapia. Sólo hay que estar dispuesto a permanecer en contacto con nosotros mismos, ya que cualquier sensación vivida en el momento presente puede ser sanadora. A pesar de los beneficios de esta terapia en una época en la que vivimos totalmente desconectados de nuestra esencia, en la que no hay tiempo de pararse y escuchar lo que nuestro cuerpo tiene que decirnos, no todos los pacientes están abiertos o conectan con este tipo de terapias, por lo que en mis tratamientos suelo compaginar la fisioterapia convencional, con la osteopatía y la cráneo-sacral intentando ajustar las terapias a las necesidades de los pacientes. “La sanación se da en la quietud”. La quietud en nuestro trabajo es un momento de equilibrio del cuerpo durante el cual se crea la oportunidad de producir un cambio hacia un estado más saludable.