Acumulación de porteadores, presión y caos. Tras la calma del período navideño volvió la tempestad al universo Tarajal con la reanudación del actividad y el porteo. De las vacaciones también regresaron los exhaustivos controles establecidos para regular la salida de mercancías a través del ‘Tarajal I’ y, con ello, la guerra contra el bulto chino que fue la protagonista en la tarde de ayer.
A punto de cumplirse tres meses desde que se instauró el nuevo mecanismo de blindaje a la frontera y la prohibición de cruzar a Marruecos con el denominado producto tóxico, las mujeres continúan en su particular carrera por llegar al país vecino cargadas de textil y que desencadenó, de nuevo, crispación, tensión y acumulaciones en masa. Presión y más presión por cruzar que se tradujo en verdaderos momentos de angustia, pero que la Guardia Civil consiguió controlar y disipar antes de que se convirtiera en avalancha.
El mecanismo de control de la Benemérita regresó al entorno fronterizo en su lucha por impedir la tentativa de cruzar con los productos prohibidos por las autoridades, así como de evitar las ya acostumbradas avalanchas humanas. La orden continúa siendo clara: tan solo está permitido pasar aquella mercancía que quepa en dos bolsas de mano y cuyo contenido corresponda con alimentación, pequeños electrodomésticos, productos de limpieza y ferretería.
El punto de la Guardia Civil habilitado para ello así actuó, derivando de regreso a los polígonos a todos aquellos que incumplían lo estipulado. Así concluyó un capítulo más en la interminable historia del Tarajal que retoma su actividad del mismo modo en el que concluyó el pasado diciembre.