Sobre la Guerra de Ifni-Sáhara 1957/1958 se han escrito y se sigue escribiendo verdaderos ríos de tinta, tanto en prensa como en libros. Desgraciadamente algunos solo expresan rencor y odio sobre el anterior y se olvidan lo que una santa escribió: “¿el sentimiento más ruin? El rencor”, Madre Teresa de Calcuta. Afortunadamente hay varios escritores que en sus libros sobre esta campaña, la recogen con rigor, sin apasionamientos y ciñéndose a los hechos. Periodistas como Ramiro Santamaría, Rufo Gamazo Rico, Torcuato Luca de Tena, Ricardo Fernández de Latorre, y militares como Rafael Casas de la Vega, Vicente Bataller Alventosa, Jose Frías O'Valle o Miguel Simón, entre otros, en sus páginas plasman con rigor los hechos, absteniéndose de opiniones.
Brillante con las armas y con la pluma
Conviene resaltar a un gran soldado y brillante escritor, como es el caso de Ricardo Navarro Suay, el cual puede presumir de un brillante currículum. En la actualidad es teniente coronel de Sanidad Militar, especialista en Anestesiología, cuya calificación al licenciarse fue de 8,34. Ha sido alumno en los hospitales de Irlanda, en Ohio (EE. UU), en el Queen Elizabeth Hospital (Reino Unido), sumando nada menos que 33 misiones nacionales e internacionales como médico de Sanidad Militar. En materia docente son innumerables los centros en los que ha sido profesor, además de director de tesis doctorales en varias universidades. Ha estado en varias misiones internacionales, lo mismo embarcado en buques de la Armada Española, como en tierra, lo mismo en Afganistán como en Haití.
Es profesor de la Academia Centros de la Defensa y profesor de Farmacia Militar. Ha impartido varias conferencias sobre medicina militar, y ha sido miembro de valoración en el Hospital Universitario Central de la Defensa Gómez Ulla, miembro del grupo de trabajo USAN NBQ del Hospital Central de la Defensa, miembro de apoyo internacional de procedimientos de la OTAN, miembro del tribunal para el acceso a anestesiología, además haber recibido numerosos premios, entre ellos varios de investigación del Colegio de Médicos de Madrid.
Son innumerables los cargos que ha tenido como profesor de Medicina Militar, algo que lo avala las múltiples felicitaciones que constan en su abultado currículum.
Cientos de kilómetros y más de cien entrevistas
No cabe duda de que esta cita es más que elocuente: “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”. En este caso mi buen amigo Ricardo para llevar a cabo una gran y magnifica tesis tuvo a su lado a una gran mujer, su esposa, Edurne teniente coronel-médico cardióloga. Puedo dar fe porque los conozco y he tratado personalmente con ellos, y fruto de este matrimonio nació esa gran tesis.
Es increíble la capacidad de trabajo y empeño del teniente coronel Ricardo Navarro Suay, ya que visitó nada menos que 69 archivos militares para documentarse, como el de Ávila del Ejército de Tierra, el del Aire Villaviciosa de Odón, el de la Armada en Viso del Marques, Archivos Intermedios Militares de Valencia, Barcelona, La Coruña, Subdelegaciones de Defensa España, Regimientos de Infantería Canarias 50 y Tenerife 49, entre otros. Realizó entrevistas personales a nada menos que más de un centenar de excombatientes de la Guerra de Ifni-Sáhara 1957/1958, todo ello por toda la geografía nacional, junto con Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. Yo que conozco muy bien a este buen amigo, el teniente coronel Ricardo Navarro Suay, puedo dar fe que es muy meticuloso y no deja ningún cabo suelto, donde en dicha tesis se recoge hasta el más mínimo detalle.
En estas 400 páginas de la tesis La medicina militar española durante el conflicto de Ifni-Sáhara de 1957-1958, están los testimonios de quienes allí participaron. Además de dichos testimonios están también los documentos de aquella contienda, lo mismo de los excombatientes de Tierra, Mar o Aire, a él no se le queda ningún cabo suelto.
Previa con autorizaciones, Ricardo Navarro viajó a la Base Aérea de Gando en el avión estafeta, con información de la Agregaduría Militar de la Embajada de España en Marruecos, acompañado de su esposa Edurne. Se trasladaron hasta El Aaiún, Sidi Ifni, donde comprobó e inspeccionó personalmente las ruinas de los puestos hoy destruidos de Telata, Tiliuín, El Tenin y Tabelcut, donde protagonizaron heroicos hechos de armas aquellos heroicos soldados españoles.
Finalmente, visitó Edchera, donde tan brillantemente se batió la XIII Bandera de La Legión al mando del entonces comandante jefe Ricardo Rivas Nadal junto con aquellos bravos oficiales y legionarios que dejaron muy alto el honor de las Armas Españolas.
Entrevistó personalmente a soldados de Sanidad Militar de Zaragoza, Huesca, Madrid, Alicante y soldados de Barcelona, Valencia, Alicante, Castellón, Extremadura, Sevilla y así hasta sumar más de cien.
Una tesis que muestra el esfuerzo, cariño y amor a las Fuerzas Armadas del teniente coronel-médico Ricardo Navarro Suay.
Conviene citar para los rencorosos que en este magnífico libro se incluye esta cita: “la verdad no triunfará jamás, pero sus adversarios acaban por morir”.