Los vecinos de la barriada esperan que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto.
Sufrieron de cerca el incendio del Monte de la Tortuga a finales de 2015 y, ni un año más tarde, vuelven a sentirse amenazados por las llamas. Los vecinos de barriada Postigo denunciaron ayer de forma pública la formación de un campamento de subsaharianos en pleno monte, el cual ha crecido de forma progresiva desde hace un año. Los residentes en el núcleo de casas cercano no muestra reparos a la acogida de inmigrantes, aunque calificó de “insoportable” el “jaleo” que cada noche ocasiona la acumulación de personas en torno a este lugar.
Sin lugar a dudas, son las hogueras que encienden para cocinar, protegerse del frío en meses anteriores y, temen, por entretenimiento, la molestia que más les preocupa. “Nos inquieta que el fuego se pueda propagar y que nuestras familias puedan sufrir algún daño”, confesó un vecino.
El vecindario ya ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil tales circunstancias y confía en que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto cuanto antes porque estas reuniones están excediendo el nivel permisible, especialmente, cuando son terrenos de su propiedad.
Una quincena de varones, en distintos grupos, se congregó ayer por la tarde en el lugar. Cuando oscurece, la cifra de parroquianos se dispara, tanto hombres como mujeres, a tenor del bullicio procedente de este asentamiento oculto entre los árboles, tal y como describen las noches en la barriada. Un refugio que ha ido quedando al descubierto puesto que, como pudo comprobar ayer este periódico, obtienen la leña de los propios árboles que antes les protegía de las miradas.
La basura se acumula junto al campamento y en parte de la ladera que se extiende bajo la ‘cocina’ y una chabola estable de grandes dimensiones. La insalubridad es absoluta ya que guisan junto a los desperdicios, de plásticos a colchones pasando por neumáticos. El reguero de latas de cerveza y cartones de vino fundamenta otra de las sospechas de los habitantes de Postigo: el alcohol corre en estos encuentros en los que los vecinos han oído más que risas.
Preguntados por los motivos que les han llevado a establecerse en el monte, los subsaharianos explicaron que la comida del CETI es buena, pero desean celebrar el Ramadán de acuerdo con sus tradiciones. Los vecinos ponen en entredicho tal argumento ya que, con anterioridad al mes sagrado, usaban el mismo claro para cocinar.
Aunque a regañadientes, algunos de los subsaharianos presentes dijeron alojarse en el centro del Jaral, el vecindario de Postigo tiene constancia de que son varias las personas que duermen en la chabola, sin acertar a saber si son siempre las mismas o diferentes.