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Un supuesto abuso sexual de un abuelastro a una menor, a juicio

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El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta comenzó este miércoles un juicio por un delito de abuso sexual continuado cometido presuntamente por un abuelastro sobre una menor de edad. La Acusación Particular solicita una pena de 12 años de prisión. El Ministerio Fiscal, en principio, pide la absolución al igual que la Defensa pero podría variar su calificación al término de la vista oral que se reanudará en unas semanas. Los hechos habrían ocurrido en casa del acusado cuando la menor pasaba los fines de semana, en un periodo en el que tenía entre 8 y 11 años. Dos cosas le llevaron a contar a su madre lo que estaba ocurriendo: el distanciamiento de su padrastro con su familia y el leer en prensa lo que había ocurrido a unas alumnas del ‘Lope de Vega’ con un personal del Plan de Empleo ya condenado. Ahí se dio cuenta, según manifestó en la vista celebrada ayer, que lo que le estaba ocurriendo no era algo normal y que era el momento de confesárselo a su madre.

La menor, que fue la primera en declarar, explicó que sufrió tocamientos en el salón, señalando a su abuelastro como presunto causante. Dijo que siempre ocurría cuando su hermano se iba con su abuelastra a dormir la siesta y se quedaban los dos solos en ese habitáculo de la vivienda. Asimismo, la víctima confesó que el acusado le advirtió en varias ocasiones que no contara nada, ya que si se atrevía nadie la creería. Además, confesó que todos estos episodios han supuesto una losa en su vida personal y le ha hecho cambiar para siempre la vida familiar. Explicó que dejó de ir al centro educativo y que incluso se fue a vivir con su abuela materna por continuas discusiones tanto con su madre como con su padrastro.

Por último, insistió en varias ocasiones, en que ella nunca quería ir a casa de sus abuelastros y que se lo hacía ver a sus padres pero que ellos siempre la obligaban. “Quería evitar ir a su casa, se lo decía a mi madre, pero ella me decía que tenía que ir, que tenía que estar con mis abuelos”, confesó.

En este juicio, que tendrá su continuación en otra jornada, también testificó la ginecóloga que elaboró el informe de las actuaciones. Indicó que la madre de la menor llegó a la consulta y le explicó que su hija había sufrido algún tipo de abuso sexual por lo que la exploró. De los resultados que obtuvo señaló que era compatible con lo que pudo sufrir la menor y con lo que le relató su madre.

Asimismo, la médica también relató que la niña le explicó que se atrevió a contarlo una vez vio el mediático caso en prensa.

El juicio proseguirá en los próximos días con las testificales del resto de testigo y la del acusado

En esta vista también testificó la madre de la menor. Señaló que tanto su hija como su hijo le pedían no ir a casas de sus abuelos, pero que ella pensaba que era porque se aburrían, nunca por un caso así. Detalló que al contarle esos abusos ya fue cuando llevaba tiempo sin ir a esa casa porque su marido había tenido una discusión con su familia. Confesó el impacto sufrido al conocer lo que había pasado, contándoselo a su marido, quien habló con la menor. Al no saber ambos qué hacer, se lo contaron a un amigo policía nacional que les aconsejó que fueran a denunciarlo lo antes posible.

A preguntas de la Defensa, de por qué en la Jefatura Superior de la Policía Nacional se refleja en el atestado que es ella la que declara y no la menor, indicó que ella y su marido se quedaron en un banco del pasillo y que la menor se reunió con los agentes en una oficina y ella fue la que lo explicó todo. En ese sentido coincidió tanto con su hija como con su marido.

La madre señaló que había notado un cambio de actitud de su hija, que apenas comía y que incluso la profesora le había llamado porque la notaba rara en clase. En un momento del interrogatorio y debido a su nerviosismo se giró y le preguntó al acusado: “¿Qué has hecho con mis hijos?”, lo que provocó una llamada de atención por parte del tribunal.

El padrastro de la menor, a quien prácticamente ha criado desde que era muy pequeña, señaló que fue su mujer la primera en contarle el caso y que dos días después lo habló con la niña. “Nunca pensaría que nadie le podría hacer eso a una niña, pero tal y como me lo cuenta y las explicaciones que da, me la creo”, relató. Además, detalló que la víctima no quería ir a casa de sus padres, y que siempre preguntaba si estarían sus tías porque “se lo pasaba mejor”.

Después de que la menor contara los supuestos abusos sufridos, su padrastro señaló que esto “nos ha destrozado la vida a todos, el daño que nos ha hecho ha sido irreparable”. La vida ha sido “un caos” desde ese momento e incluso la menor ha tenido reacciones contra él por culpa de su padre.

El juicio se celebró en sesión de mañana y tarde hasta casi la noche y contó con las testificales de dos psicólogos que trataron con la menor. Ambos vinieron a determinar que fue muy difícil tratar con ella ya que no quería contar su experiencia. Los dos detallaron que la declaración de la menor en su mayor grado puede ser verdad y que puede bailarle algunos datos periféricos. Ese detalle lo manifestaron tras varias preguntas de la Defensa sobre si la menor, de escucharlo tanto, se podía haber inventado los hechos.

Relataron que la niña dijo en varias ocasiones que se sentía defraudada por su madre, porque ella se lo contó en la intimidad pero no quería que saliera a la luz y menos acabara en los tribunales.

Otro de los relatos importantes fue el de la tutora. Ella explicó que la notó muy rara, casi sin participar y sin hablar con nadie. Que tuvo una intuición de que algo ocurría y citó a los padres de la menor. Le confesaron que no le ocurría nada a su hija y que estaba todo normal en casa, hasta que recibió la llamada de la madre confesándole que estaba en lo cierto y que si podía acudir a su casa porque su hija quería dejar los estudios. La profesora relató que aceptó ir ya que la conocía desde hace años. Entró en su cuarto y sabía “era verdad” ya que no le aguantaba la mirada y no le respondía a nada que le preguntara. Antes de irse, le preguntó ¿Por qué no me lo contaste?, a lo que refirió que la menor le confesó que no se lo dijo porque se lo contaría a su madre.

Por último, testificaron las psicólogas de la Fundación Márgenes y Vínculos que son las que la tratan en la actualidad, quienes señalaron que aún sigue con dificultad para hablar del caso y necesita tratamiento para seguir adelante.

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