La trocanteritis o bursitis trocantérica o trocantérea de cadera puede limitar tus movimientos y afectar tu calidad de vida. Descubre las causas de este dolor y las mejores opciones de tratamiento para recuperar tu bienestar y movilidad.
¿Qué es exactamente la trocanteritis?
En anatomía, el trocánter es una prominencia ósea situada en la parte superior del fémur, accesible al tacto en el área lateral de la cadera. En este sitio, se insertan músculos como el glúteo mayor y medio, lo cual es fundamental en el movimiento y soporte de la cadera. Además, esta estructura ósea se ve rodeada por una bolsa sinovial llamada “bursa”, que actúa como amortiguador facilitando el roce de tejidos al moverse, y cuya inflamación lleva a un dolor punzante y gran incomodidad en la zona.
Síntomas
Quienes padecen trocanteritis experimentan síntomas variados, pero el dolor en la parte externa de la cadera es el signo más común. Este dolor es persistente y punzante, intensificándose al caminar, correr, o permanecer mucho tiempo en una postura, como sentado o de pie, lo cual limita gravemente las actividades cotidianas del paciente.
Causas de la inflamación del trocánter
Entre las principales causas de esta dolencia se encuentran el exceso de ejercicio de impacto sin preparación suficiente, particularmente en corredores, y la debilidad de los músculos abductores de la cadera, ya que un glúteo medio debilitado conlleva una sobrecarga de la fascia lata. También pueden provocar esta inflamación factores como la sobrecarga articular, la pronación excesiva del pie o el pie plano, dismetrías en la longitud de las piernas, artrosis, sobrepeso, cirugías previas en la cadera, calcificaciones intra-articulares y la pérdida de densidad ósea.
Diagnóstico clínico de la trocanteritis
Un diagnóstico preciso de la trocanteritis o bursitis de cadera exige una evaluación profesional llevada a cabo por un fisioterapeuta, quien observará al paciente en diferentes posiciones, como bipedestación, decúbito supino y lateral, para verificar las zonas de dolor. En este proceso diagnóstico se han de tener en cuenta los desórdenes musculoesqueléticos y se debe tener en cuenta la posibilidad de enfermedades reumáticas.
Factores de riesgo para desarrollar trocanteritis
Hay numerosas causas que pueden dar lugar a la aparición de esta patología en la cadera, así como ciertos factores que pueden favorecer su aparición:
Esta afectación predomina en el sexo femenino, debido a la anatomía de la pelvis.
Alteraciones biomecánicas en la extremidad inferior (cadera, rodilla, pie) o estructuras cercanas (como columna lumbar). Por ejemplo: pie plano, dismetría en miembros inferiores y/o escoliosis.
Debilidad en la musculatura de la cadera o desequilibrios musculares.
que implican una distribución anormal de la carga y del peso en la articulación.
Sobrepeso u obesidad, dado que se incrementa la carga sobre la articulación.
Microtraumatismos repetidos, especialmente en deportes de impacto excesivo sobre la cadera, debido a la fricción del tendón con el hueso y la consecuente inflamación de la bolsa. Su aparición en deportistas es provocada por sobreuso de esta región (por ejemplo, corredores de maratón).
Trabajos que impliquen pasar muchas horas de pie.
De forma menos frecuente, se puede producir a causa de una caída donde la zona se ha golpeado directamente, haciendo desencadenar los síntomas.
También pueden influir enfermedades como la artritis reumatoide, el sedentarismo el haber padecido lesiones previas en la cadera o caídas sobre ella, la artritis lumbar, los espolones óseos y cirugías de cadera anteriores con implantes.
¿Cómo prevenirla?
Si bien no es posible evitar completamente esta afección, ciertas prácticas pueden reducir su riesgo y atenuar sus síntomas. Es recomendable evitar actividades que sobrecarguen la articulación de la cadera o el exceso de actividad repetitiva, manteniendo un equilibrio entre actividad física moderada y descanso.
Posibles complicaciones
Si no se trata adecuadamente, la trocanteritis puede desencadenar complicaciones, como una inflamación que cause una severa limitación funcional. También puede provocar una reacción granulomatosa, así como atrofia de los tejidos circundantes, ampliándose la inflamación a otras áreas de la cadera y complicando aún más la movilidad del paciente.
Opciones de cirugía en casos complejos
Si los tratamientos conservadores no logran aliviar los síntomas o la inflamación persiste, la intervención quirúrgica se convierte en una opción viable. En estos casos, un cirujano especializado evaluará si es necesario corregir la prominencia ósea trocantérica para aliviar el dolor y restaurar la funcionalidad de la cadera.
En resumen
Para acelerar el proceso de recuperación, se complementan ciertas técnicas manuales con tecnología avanzada:
• Electrolisis ecoguiada : A través de nuestro ecógrafo de alta resolución, podremos obtener una imagen de la bolsa de líquido de la cadera, que complementa el diagnóstico y mostrará la evolución de la patología. Además, supone una herramienta indispensable para hacer electrolisis ecoguiada sobre el tejido lesionado.
• Radiofrecuencia INDIBA: Este tratamiento, que aplica una corriente de alta frecuencia en la zona, acelerando el metabolismo celular. Consigue efectos a nivel más profundo de la cadera, mejora la circulación en el tejido afectado para poder repararlo y atenúa la sensación dolorosa. Esta técnica ayuda a reducir la inflamación y estimula la regeneración celular en el área afectada. Esta práctica ha mostrado resultados muy efectivos en la trocanteritis.
• Campos magnéticos de alta potencia: La terapia super inductiva es altamente eficaz para disminuir la inflamación y el dolor, mejorando la movilidad articular tanto activa como pasiva. Además, logra incrementar la circulación sanguínea, facilita la regeneración de tejidos y reduce la espasticidad muscular.
• Neuromodulación: Esta técnica aplica corrientes eléctricas de baja frecuencia en puntos específicos cerca de los nervios. Esto bloquea las señales de dolor que van al cerebro, reduciendo la percepción dolorosa en la zona del trocánter mayor. Igualmente ayuda a relajar la musculatura de la cadera y modula la actividad de los nervios, corrigiendo los desequilibrios musculares que pueden ser causantes o empeorar la trocanteritis y mejorando al estabilidad de la cadera.
• Ejercicio físico controlado: El tratamiento se complementa con una rutina específica de ejercicios que fortalecen la cadera y mejoran la estabilidad. Aquí les ofrecemos algunos ejemplos. Lo recomendable son 3 series de 10 o 15 segundos por cada lado.
Alimentación en el proceso de recuperación de la trocanteritis
En la recuperación de la trocanteritis, la alimentación debe enfocarse en combatir la inflamación y fortalecer músculos y tejidos. Algunos consejos incluyen:
1. Alimentos antiinflamatorios: Incluye frutas y verduras ricas en antioxidantes (como bayas, naranjas, espinacas y zanahorias) que ayudan a reducir la inflamación.
2. Ácidos grasos omega-3: Presente en pescado azul (como salmón y sardinas), nueces y semillas de chía, el omega-3 combate la inflamación.
3. Proteínas: Son clave para la reparación muscular. Opta por fuentes magras como pollo, pavo, legumbres y tofu.
4. Vitamina D y calcio: Para la salud ósea, asegúrate de consumir alimentos ricos en calcio como sésamo, almendras o verduras de hoja verde, además de exposición solar.
5. Hidratación: Beber suficiente agua facilita la recuperación de los tejidos y mantiene las articulaciones lubricadas.
Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, azúcares y grasas saturadas es importante para controlar la inflamación.