La doble
valla que separa Ceuta de Marruecos se convirtió en pleno
temporal en un auténtico muro casi insalvable para tres sudaneses. Casi, porque finalmente pudieron sortear los metros de altura y las rachas de viento que hicieron de este viernes una jornada complicada para los servicios de emergencia. Los tres, de no más de 20 años de edad, llegaron hasta las inmediaciones de la carretera del Pantano desorientados, en donde fueron atendidos primero por unos vecinos y después, aplicado ya el protocolo, por el ERIE de Cruz Roja dándose también aviso a la Guardia Civil. Esto sucedía en un día en el que el viento provocó alteraciones en muchos puntos de la ciudad y complicó también los controles en el doble vallado. Los tres subsaharianos, ya filiados y reconocidos por las fuerzas de seguridad, pasan a ingresar en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes -
CETI- del Jaral junto a los demás compatriotas que allí residen. La comunidad subsahariana sigue siendo la de mayor representación en estas instalaciones, seguida de otros grupos como los yemeníes cuyas entradas suelen producirse a nado, bordeando los espigones.
Las entradas en Ceuta a través de la valla se realizan por goteo, es decir, en pequeños pero constantes grupos superando primero los duros controles que se ejercen en el lado marroquí para después intentar superar la doble valla sometida a reformas continuadas enmarcadas en el plan de blindaje dispuesto por Interior. Un plan que comenzó con la retirada de las concertinas para ubicar, después, los llamados peines invertidos y los tubos. Ahora se están colocando más elementos.