Los subsaharianos que
entraron en la madrugada de este lunes en
una furgoneta kamikaze por la frontera del Tarajal han pedido asilo. Lo han hecho todos, llevando a que el Colegio de Abogados haya tenido que organizar turnos para poder atender todas las entrevistas siguiendo los procedimientos establecidos legalmente.
Las solicitudes de protección se han tramitado en la frontera del Tarajal, en la oficina de asilo que pasó a ser una infraestructura inútil a tener un uso correspondiente con cada pase masivo. Tal y como han confirmado fuentes oficiales a El Faro, las entrevistas se hicieron desde el miércoles hasta ayer mismo, estando todos los subsaharianos atendidos por los abogados del turno de oficio y contando con intérpretes. Una vez terminados estos trámites, ahora hay que esperar las resoluciones. Es el mismo procedimiento que se siguió con los 155 subsaharianos que cruzaron a finales de agosto el paso de Beliones a la carrera, y que están acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (
CETI).
En la entrada de la pasada madrugada, los 52 ocupantes de la furgoneta salvaron sus vidas milagrosamente. Llegaron hasta Ceuta después de que el conductor -que está en prisión preventiva a la espera de juicio- superara primero los controles de
Marruecos y después destrozara las dos puertas de la frontera, consiguiendo llegar hasta la Almadraba en donde cesó su alocada carrera ya prácticamente sin ruedas.
Los inmigrantes salieron de la furgoneta desconcertados y fueron atendidos por los guardias civiles y por Cruz Roja, mientras patrullas del Instituto Armado procedían a la detención del conductor, evitando así que se fugara, como era su pretensión. Los rostros de los inmigrantes, captados por FaroTV, mostraban el miedo pero también el desconcierto. Y es que había muchos que no sabían siquiera qué había pasado, ni dónde estaban, ni cómo habían terminado así. Cuesta imaginar la forma en que vivieron esa entrada a Ceuta. Ahora descansan en el CETI intentando asimilar lo sucedido.