Soto Asa (Ceuta, 1993) es a día de hoy el artista de música urbana con más recorrido de la escena local. A principios de año se subió a las tablas en el Auditorio de La Marina en un concierto que no dejó indiferente al público caballa. Hace poco más de un mes tuvo una participación estelar en una entrevista del programa televisivo de ‘La Resistencia’, donde dio prueba de su socarronería y buen humor en su charla con David Broncano. Además, en la lista de sus colaboraciones aparecen nombres que han marcado la música nacional en los últimos años: Yung Beef, Bad Gyal o la Zowi.
Ahora le espera un verano animado con actuaciones en festivales y salas de diferentes puntos de España agotando las entradas allá por donde pisa. Al mismo tiempo está sacando canciones y sus respectivos videoclips como el de ‘Tana’ que estrenó el pasado 16 de junio. En un momento especial para su carrera atiende a El Faro desde alguna parte del Sur de la Península, donde dice estar moviéndose en las últimas fechas. “A Ceuta trato de ir cuando puedo para ver a la familia, aunque últimamente apenas tengo la ocasión”, señala este reguetonero y trapero (da igual el orden) que no olvida sus raíces.
–¿Cómo marca ser de Ceuta?
–Uno se siente muy orgulloso de nacer allí aunque al final supongo que como el que nace en Sevilla, en Burundi o en Osaka. Casi siempre estamos orgullosos respecto al lugar del que venimos. En gran parte, soy lo que soy gracias a Ceuta y a mis vivencias allí, así que estoy muy orgulloso. Aunque nunca nos imaginamos como hubiéramos sido naciendo en otro lado, igual ahora mismo sería el dueño de Facebook y no un reguetonero.
–¿Qué echa de menos de aquí?
–Sobre todo a la familia y a la chavalería. Después, también hago mis planes de extranjero como ir al Parque Marítimo, a la Pizzería D’Armando, tomar camperitos o batidos en el ‘Monalisa’... Hasta que me vuelvo a ver una semana en un callejón metido y me vuelvo. Por cierto, gracias a los de la Pizzería D’Armando que tienen queso sin lactosa.
"En gran parte, soy lo que soy gracias a Ceuta y mis vivencias allí, así que estoy muy orgulloso de mi ciudad"
–En ‘La Resistencia’ hablaba de la unión de religiones y que se respiraba un cierto ambiente de integración entre culturas. ¿Se refleja esa idea en su música?
–No de manera intencionada pero supongo que sí porque somos lo que comemos.
–Aunque reside fuera, ¿se siente valorado por su ciudad?
–Sí, por supuesto. Justo hace unos días en un festival me regalaron una bandera de Ceuta y estuve ahí con los ‘dreri’ (se entiende como la pandilla o los chavales).
–¿Qué músicos de la escena local de Ceuta recomienda?
–Pues tenemos a mucha gente haciendo música y me da miedo nombrar a algunos por dejarme gente fuera, pero por ejemplo a RK, SVJ, el Yero el Bubu. Seguro que hay gente nueva que aún no conozco a la que habrá de darle el relevo pronto.
–Este verano tiene una agenda importante de conciertos, ¿cuáles son sus sensaciones?
–Pues es muy agradable ganar dinero de esta manera, imagínate. Es un desafío acabar la gira y seguir cuerdo. Respecto a planes, pues seguir haciendo música, que es lo que me gusta, y comprarme un Toyota.
–¿Qué proyectos tiene en el horizonte y cómo es su rutina actual?
–Tengo proyectos poco definidos aún. Y el volumen de trabajo está en muchas cosas que no son música sino papeleos y demás historias. La música en sí no es ni trabajo.
"En la música me veo mucho tiempo, viviendo de ello ya es otra cosa porque hoy suenas y mañana suena otro"
–Cuando el trap irrumpió en España, los Pxxr Gvng fueron la banda clave. ¿Se ha superado el nivel de aquel primer Yung Beef?
–A nivel de números sí se ha superado, pero a nivel de hacer lo que realmente te apetezca y buscarse la vida con ello ya es otra cosa.
–A su parecer, ¿ve que se está superando el debate en torno a la calidad de la música urbana y géneros latinos como el reguetón?
–Sí, por supuesto que se va superando. Está claro que un producto de televisión tiene mas oportunidades que un chaval que se graba desde casa pero eso es el poder del dinero y nada tiene que ver con la incultura de la gente.
–¿Cuánto tiempo se ve en esto?
–En la música me veo mucho tiempo, viviendo de ello ya es otra cosa. Aquí hoy suenas y mañana el que suena es otro, eso es ley.
–¿De qué le ha salvado hacer música y poder dedicarse profesionalmente a ello?
–Me ha salvado de soportar a más de uno, supongo. A mí me gusta vivir en mi onda desconectado de muchas cosas y gracias a la música puedo hacerlo.
–Se le ve alguien tranquilo con toda esa filosofía del 999 -el 666 invertido- relativa a hacer el bien. ¿Cuál es su objetivo vital?
–Muchas gracias. Me quedo con eso que me dices de “hacer el bien” y así dejamos un cierre épico.