Los problemas de la Sanidad Pública protagonizaron ayer parte de la Sesión Plenaria resolutiva del mes de noviembre, en la que la Corporación acordó insistir en las gestiones ante el Ministerio de Sanidad para que resuelva los déficits del sistema dentro de sus competencias en materia asistencial.
Se trata de un asunto que afecta a todos, como bien explicó la proponente de la iniciativa, Fatima Hamed, y cuyas raíces se remontan a hace muchos años, más de dos décadas, según ha recordado a la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, la entidad Adeces.
Los problemas sanitarios revelan, como los que se registran en el ámbito de la Educación, el fracaso de un modelo de gestión al que ningún partido ha sabido o querido poner remedio hasta ahora, pero que casi todos reconocen en privado.
Es una lástima que en público y en función del color político de turno en La Moncloa, los representantes locales intenten enjuagar el problema citando inversiones o actuaciones que no atajan la raíz del conflicto.
La Administración General del Estado y la Ciudad están obligadas a encontrar fórmulas para acercar la toma de responsabilidades en dos ámbitos tan sensibles a Ceuta, ya sea incrementando las competencias de los órganos institucionales regionales o articulando mecanismos de cogestión... Además, los máximos responsables de ambos ministerios tendrían que demostrar igualmente mayor interés por sus dos únicos territorios de gestión directa. En el caso de la titular de Educación, Pilar Alegría, que a diferencia de García no es nueva, ni siquiera ha visitado Ceuta, como tantos otros de quienes la precedieron. De la mano del Plan Integral es preciso implantar medidas reales y efectivas, pero también otro talante.