No están las cosas en nuestra ciudad, desde el punto de vista comercial, para desperdiciar todas las visitas que nos vienen. Se nos llena la boca afirmando que una de las salidas a la crisis estructural que padece Ceuta es volver la vista hacia Marruecos y cuando, desde el comienzo de las rebajas, vienen todos los días centenares de personas, resulta que nos encontramos con una colas kilométricas de retención que persuaden al más optimista visitante de nuestra ciudad. Todas las estadísticas afirman que se han vivido dos meses: octubre y noviembre muy malos y que se ha levantado algo el vuelo con la campaña de Navidad y Reyes. Además, existe la esperanza que enero con el comienzo de las rebajas sea también positivo. Pero si además del consumidor ceutí tenemos la posibilidad de contar igualmente con el consumidor del Norte de Marruecos, no sabemos a que esperan las autoridades para realizar gestiones al más alto nivel para impedir este tipo de situaciones tercermundistas en pleno siglo XXI. Tanto la Delegación del Gobierno en su condición de máximo representante de la Administración General del Estado como la Ciudad Autónoma exigiendo a la misma Delegación, lo cierto es que no se ve ningún tipo de solución y al final el perjudicado es el comerciantes y el empresario.