Ceuta se volcó ayer en la organización de actos con un denominador común: la lucha contra la violencia ejercida sobre la mujer. Se hizo con motivo de la celebración, hoy, de este día y supuso la reafirmación de que todos: instituciones, partidos políticos, asociaciones o colegios, entre otros, están en la línea de ir contra una lacra que no cesa y cuyas estadísticas son, cada vez, más elevadas.
Es un combate diario, frente a frente, el que hay que ganar. Pero hay que hacerlo intentando buscar esa combinación perfecta: por un lado la que llegue de la mano de las instituciones perfilando leyes y actuaciones que la castiguen y que sirvan de protección real a las víctimas y, por otro, la que se imparta en los colegios, tomando como base la educación. Porque ahí está el camino, el origen, el verdadero campo en el que hay que trabajar para que, desde pequeños, no haya diferencias, no se formen pensamientos atentatorios contra la mujer, no se fortalezcan unos comportamientos que den forma a una sociedad embrutecida como la que sigue visualizándose a pesar de todos los esfuerzos conjuntos.
Hoy, más que nunca, hay que ser fuertes y demostrar la unión que debe prevalecer, porque esa unión es la fuerza real para que haya futuro, para que nuestra sociedad no entienda de diferencias, para que no machaque al otro, para que no atente contra la mujer, para que no la violente física o psicológicamente, para que no provoque daños colaterales en los hijos, como tristemente está ocurriendo.