Las empresas del puerto y sus trabajadores se han pronunciado sobre los altercados que se están viviendo en el recinto portuario, en los que ha habido heridos y daños, y lo cierto es que tienen toda la razón. Este tema es de máxima urgencia porque la situación, tal y como ellos la definen, es “insostenible”.
Es insostenible no poder realizar su actividad empresarial en unas condiciones normales. Es insostenible salir herido cuando uno está en su puesto de trabajo y le cae una piedra. Es insostenible encontrar los cristales rotos del coche particular de uno a causa de una batalla campal, que es capaz de prolongarse durante horas, pese a la presencia de los cuerpos de seguridad. Es insostenible se vea por donde se vea.
Y no es una novedad, ya ha pasado antes y los trabajadores del puerto llevan meses alertando de esta situación sin que, aparentemente, se haya puesto remedio alguno.
Ellos al menos no lo ven y mucho menos lo perciben. Han sido días y días con una sensación de miedo latente hasta que todo ha explotado.
No piden mucho, sólo piden trabajar con seguridad, sólo piden que las autoridades competentes pongan remedio a una situación que ha llegado demasiado lejos y que no tendría que haberlo hecho. Las advertencias no han servido de nada, esperemos que ahora sí se pongan manos a la obra.