Una situación verdaderamente insostenible la que se vive viviendo en el
CETI de Ceuta por la sinrazón de la
empresa Dulcinea Nutrición en
las obligaciones que mantiene con sus trabajadores y con la compra de los suministros necesarios para preparar la manutención de los más de 650 inmigrantes que actualmente están instalados en el centro.
En relación con los trabajadores todo sigue igual y aunque se suspendió la huelga, algo que no gustó a los trabajadores, lo cierto es que tampoco esta semana ha mejorado la cosa. Es verdad que algunos de los empleados cobraron, pero aún quedan un total de diecisiete que a la fecha que estamos no han percibido su sueldo de agosto.
Algo que vienen viviendo desde el pasado mes de mayo y que ha ido empeorando con el paso de los meses, pero lo último ha sido que los trabajadores de Dulcinea Nutrición debieron comunicar a la dirección del CETI que no tenían suficientes provisiones para preparar las distintas comidas del fin de semana. De manera urgente, tuvieron que dispensar una partida económica para hacer frente a este problema irracional y que volverá a producirse a partir del lunes, donde no se conoce si existirá más dinero o habrá que pedir partidas extraordinarias al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, del que depende el CETI. Es una medida que ya se tuvo que poner en marcha con la anterior empresa a Dulcinea Nutrición, concretamente, Global Food. Sucede que los trabajadores no tienen forma de poder hablar con los responsables de la empresa, radicada en Puertollano.
Y mientras tanto, lo que se está haciendo desde la dirección del CETI es haciendo acopio de todos los incumplimientos para enviarlos al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y que allí tomen las medidas necesarias que, visto lo visto, deben pasar por una rescisión del contrato, ya que los incumplimientos son lo suficiente graves como para tomar una decisión de estas propias características.
Además tengamos en cuenta que estamos hablando de que se juega con la alimentación de 650 personas de manera diaria y que no tienen ningún recurso económico.
Por tanto, lo primero que tendrían que hacer las autoridades competentes en la materia es dar explicaciones a la ciudadanía sobre lo que está sucediendo porque, al final, quienes están siendo los paganos son los trabajadores, pero también quienes intentan llevar la tranquilidad al lugar.