Una vez culminadas las Fiestas Patronales toca hacer balance. Eso fue lo que hicieron ayer la responsable del área de Festejos, Rocío Salcedo y el consejero de Gobernación, Jacob Hachuel. En esta presentación expusieron una serie de datos que revelan que la de 2018 ha sido una de las ferias más concurridas y seguras, sin tener que atender la Policía Local intervenciones de gravedad.
La Ciudad ha celebrado el incremento de visitantes, manteniendo una asistencia media diaria de 20.000 personas. En su intervención también han destacado la limpieza que se ha mantenido y la buena coordinación existente entre los diferentes órganos locales que han participado en la celebración de esta feria. Sin embargo, nada se ha hablado de la situación de los feriantes.
Ayer muchos todavía continuaban recogiendo sus equipos en el recinto ferial y cargando sus remolques y caravanas en el espacio asignado para ellos junto al hospital de la Cruz Roja. Ha sido este lugar el que ha generado un gran disgusto entre los feriantes, considerando que no se les ha dotado de los servicios suficientes para montar un campamento digno. Empezando por el terreno, desnivelado y de tierra, lo que ha causado multitud de pinchazos en las ruedas de los remolques por culpa de las piedras.
Asimismo se quejaban de la acumulación de residuos, contando con pocos contenedores para todas las familias que durante una semana han hecho de este espacio su casa y cuya recogida se ha limitado a un par de veces en todo ese tiempo.
Los feriantes se pasan cerca de seis meses saltando de feria en feria y con una vida dedicada a la diversión de otros. Por ello, lo único que piden son unos mínimos de comodidad y de respeto.