Las cifras hablan por sí solas: Nos matan. Nos están sesgando la vida, ¿Por qué? ¿por el simple hecho de ser mujeres? ¿Por vivir en un mundo patriarcal, donde la vida de "una mujer" parece no importar? ¿Hasta cuándo lo vamos a permitir?
En lo que llevamos de año ya hay 18 muertes por violencia de género (y tres, gravemente heridas).
¿Cuáles son las respuestas que realmente existen? ¿Servicios públicos caducos, trabas y políticas de segunda? ¿Miedo, y promesas incumplidas?
La ciudadanía no quiere pantomimas ni más engaños. El asunto es grave y urge seriamente que, de una vez por todas, se asuman responsabilidades, funciones y compromisos para acabar con la violencia de género.
Por la igualdad hay que trabajar día a día, codo a codo y por supuesto, la exclusividad de las medidas de repulsa y concienciación no son sólo "minutos de silencio" frente al consistorio.
Mostrar repulsa y condena por esta deleznable lacra social que roba vidas y rompe las bases para una sociedad igualitaria, debe reforzarse y complementarse con otros mecanismos y medios siempre, no sólo, en momentos puntuales, sino todos los días.
Por ello es incomprensible que el Desgobierno del Sr. Vivas no apueste por las campañas de sensibilización (a pesar del acuerdo plenario adoptado por unanimidad, a petición de Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía), por el incremento de la seguridad y atención de las víctimas (a pesar de todas las carencias denunciadas y todas las facilidades que podrían ejecutarse tan solo con voluntad política), por dar verdadera realidad al Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres o, entre otros aspectos, algo tan básico como el fomentar y potenciar la coordinación de las principales instituciones para llevar a cabo las actuaciones y medidas que se precisen para acabar con esta ruin vulneración de derechos, no exista, es de vergüenza.
¿Cómo es posible que a estas alturas, las agendas políticas no entiendan que luchar contra la violencia de género es y debe ser una prioridad?
La dramática cifra de 18 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas ha de movilizarnos activamente en la lucha y mostrar la obligatoriedad inexcusable de trabajar y seguir trabajando por la igualdad; crear una sociedad igualitaria implica trabajar contra la violencia de género.
También aprovecho estas líneas para recordar (sobre todo, a las mujeres que pudieran estar siendo víctimas), que existe un teléfono gratuito, el 016, que no deja huella de la llamada en la factura.
"Si educamos en igualdad desde pequeños...No tendremos que lamentar desigualdades ni violencias futuras"