La misa Pascual del pasado fin de semana fue algo más especial de lo normal. Al menos para un grupo de inmigrantes del CETI, procedentes de Camerún, que vieron culminada la catequesis que iniciaron el pasado año con el recibimiento de los sacramentos. Roger, Michelle, León, Daniel y George se iniciaron en la vida cristiana recibiendo los tres sacramentos en el mismo acto: bautismo, primera comunión y confirmación; mientras que Tomas recibió sólo este último.
Si la resurrección es vivida como uno de los momentos de mayor celebración para los creyentes, el recibir estos sacramentos en la misa Pascual, oficiada en la noche del sábado al domingo, le da aún mayor sentimiento. Por eso para los residentes del centro de estancia temporal de inmigrantes la jornada fue tan especial, y la celebraron contando con la presencia de otros compañeros del campamento, tanto inmigrantes como trabajadores y directivos.
El vicario Francisco Correro Tocón fue el encargado de oficiar la ceremonia, en su calidad de representante episcopal. Asun, la catequista que les ha preparado durante todos estos meses (algunos desde junio y otros desde julio) ha trabajado con ellos el camino de la fe. Ya en sus puntos de origen habían recibido algo de catequesis pero no pudieron terminar el proceso requerido para alcanzar la preparación que les posibilita recibir los sacramentos.
Por eso, tras protagonizar unas rutas marcadas todas ellas por la necesidad de escapar de su país y amenazadas por las mafias que explotan el negocio del tráfico de personas, optaron, ya en Ceuta, por continuar recibiendo catequesis iniciándose, en el caso de cinco miembros del grupo, en la vida cristiana.
A pesar de las dificultades vividas por los inmigrantes en su periplo clandestino y a pesar de que en el camino se convierten en víctimas y testigos de situaciones dramáticas que harían perder a cualquiera la fe, cuando llegan a su destino aquellos que son creyentes buscan de inmediato el amparo de la iglesia o continuar en la ciudad el camino en la vida cristiana que iniciaron en sus países.
En la pasada misa Pascual iban a ser más los cameruneses que iban a recibir los sacramentos, pero la detención de varios de ellos que permanecen en CIEs de la península frenó esta posibilidad. En los corazones de sus compañeros sí estuvieron. Al menos.