Acaban de desembarcar de Berlín con una conciencia medioambiental renovada. Una semana en Alemania les ha abierto nuevos horizontes y ha ilustrado una extensa galería de fotografías en las que han dejado muestra de las diferencias latentes entre Ceuta y la capital alemana en materia medioambiental.
Sarah, Mohamed, Yasser, Hallar, Salima, Fatima y Hanan han ejercido de abanderados nacionales en el proyecto europeo ‘Nature in frame’ que ha congregado durante una semana a medio centenar de jóvenes procedentes de siete países europeos: Rumanía, Serbia, Albania, Bosnia y Herzegovina, Italia y Alemania. Una iniciativa promovida por una entidad alemana que se ha centrado en promover la conciencia en materia ambiental a través de la fotografía.
La lente caballa sobre la conciencia medioambiental
El proyecto comenzó semanas antes en los respectivos países de origen, donde estos jóvenes debían recabar a través de fotografías la situación que experimentan sus respectivas ciudades en la materia que les hubiese sido asignada: transporte, contaminación, gastronomía, agua y paisajes. Una vez en el país anfitrión debían continuar con el trabajo de campo para concluir con una exposición a modo comparativo entre sendos grupos de instantáneas. “He trabajado la contaminación y me he percatado de las abismales diferencias que nos separan en este campo. Ellos están muy concienciados. A nosotros nos queda todavía mucho camino por recorrer”, manifestaba Sarah. Una situación similar es la que ha experimentado Mohamed, dedicado a los transportes. “Entre ambas fotografías se constata la evolución y modernidad de ellos respecto a nosotros”, expresaba.
Sin embargo estos jóvenes han dejado buena muestra de la inquietud existente entre el colectivo de la ciudad en esta materia y de ellos han destacado su activismo y compromiso. “El coordinador ha dicho que hemos sido los más activos y entregados”.
Ha sido una intensa semana en la que también se ha generado espacio para la convivencia y, por supuesto, para vender la ciudad. Una breve introducción histórica, algunas pinceladas sobre las características locales y, sobre todo, una buena muestra de la gastronomía han conseguido que Ceuta conquiste a los jóvenes europeos. “Los dulces morunos y la Ceuta Star les ha encantado”, comentaban entre risas. Y seducidos por el paladar ya han comenzado a barajar a la ciudad entre su próximo destino de intercambio.