Ceuta todavía no dispone de los medios técnicos necesarios para detectar el consumo de sustancias estupefacientes mediante la saliva, el conocido como ‘drogotest’ A la gran mayoría de la geografía española ya ha llegado, paliando así una laguna existente en los controles de tráfico: la detección del consumo de drogas en conductores. Sin embargo Ceuta todavía no dispone de él, tal y como informaron fuentes de la Policía Local (encargada del control del tráfico dentro del casco urbano) y la Guardia Civil (cuerpo de seguridad que tiene competencia en las tres carreteras nacionales de las que dispone la ciudad).
Hablamos del kit de detección de drogas en saliva conocido popularmente como ‘drogotest’. Un sistema que, por ejemplo, en Navarra, se utiliza desde el verano de 2009 y que pone fin a los serios problemas que tienen los agentes cuando se topan con un conductor que, a pesar de arrojar un resultado negativo en la prueba de alcoholemia, se presenta con sus facultades visiblemente mermadas. En esos casos la única salida, hasta la implantación del ‘drogotest’, era que los funcionarios trasladaran al conductor a Urgencias con el importante trastorno que esto generaba entre los profesionales sanitarios, en muchas ocasiones desbordados de trabajo. Y eso es lo que continúa ocurriendo en Ceuta ya que si los agentes de la Policía Local o los guardias civiles se encuentran en un control de tráfico con alguien que da apariencia de haber consumido sustancias prohibidas no tienen otra opción que conducirse hasta el Hospital Universitario. De todos modos desde el Cuerpo de la Policía Local su máximo responsable, Ángel Gómez, asegura que estos casos son “mínimos” y que, no obstante y a pesar del mal momento económico por el que se atraviesa, la adquisición de los medios técnicos necearios para la realización de estas pruebas es una cuestión que está sobre la mesa.
Las pruebas consisten en detectar, a través de la saliva, el consumo en las 6-8 horas anteriores al control de hasta cinco grupos de drogas: cocaína, heroína, éxtasis, hachís y anfetaminas. En el mejor de los casos, esta infracción supone una multa de 500 euros y la retirada de seis puntos del carné de conducir. En el peor, ser detenido por un delito contra la seguridad del tráfico.