Desde el año 2017, Manuel de la Cámara Hermoso es el embajador de España en Finlandia. El diplomático cordobés participará el martes en la primera de las XVIII Jornadas de Geopolítica, organizadas por el centro asociado de la Universidad Nacional de Estudios a Distancia (UNED) en Ceuta, que llevan por título ‘Rusia y Europa’.
De la Cámara pronunciará su conferencia sobre ‘Rusia y Occidente, diplomacia o conflicto’ después de la introducción de las Jornadas, a cargo del profesor de Ciencias Políticas de la Universidad, Enrique Ávila, quien tratará acerca de ‘Rusia y Europa, la cohabitación inevitable’.
Nacido el 18 de septiembre de 1948 en Córdoba, el diplomático es Licenciado en Derecho e ingresó en la Carrera Diplomática en 1974. Ha estado destinado en las representaciones diplomáticas españolas en Irán, Austria, Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y Marruecos.
También fue subdirector general de Relaciones Económicas Bilaterales y jefe de la Oficina Comercial de España en Washington. En 1996 fue nombrado representante permanente adjunto ante la OTAN y en 1998, director general de Seguridad y Desarme y de Política Exterior para América del Norte.
En julio de 2000, fue designado embajador de España en la República de Turquía y, posteriormente, fue subdirector general de América del Norte y segundo jefe en la Embajada de España en Rusia. Desde marzo de 2012 era embajador de España en la República Federativa de Brasil.
Con semejante curriculum, El Faro de Ceuta no podía perder la ocasión de conocer sus impresiones sobre asuntos de actualidad.
-¿De qué va a hablar en la conferencia?
-A mí, me han pedido que trate de presentar el asunto del conflicto en Ucrania desde el punto de vista político y diplomático. Yo lo que hago es presentar el conflicto desde el prisma del orden internacional y del derecho internacional tal como estaba establecido y la pretensión rusa de revertir y transformar dicho orden para crear uno a su acomodo. También hablaré de la importancia que Ucrania tiene geopolíticamente para los rusos. Describo la actuación de Rusia desde que se disolvió la Unión Soviética y, más concretamente, desde que Putin es presidente: cómo ha ido endureciendo su posición internacional en relación con Occidente y cómo pretende volver a controlar los países que formaban parte de la Unión Soviética (15 repúblicas que se hicieron independientes en 1991). Y luego me centro finalmente en las consecuencias de la guerra actuales y previsibles, tanto para el orden internacional como para Occidente, para Europa y para España.
-¿Puede ser una de esas consecuencias una guerra a gran escala?
-Espero que no, porque sería catastrófico, sobre todo porque conseguimos evitar una confrontación directa con la unión Soviética durante los 80 años de Guerra Fría y son potencias nucleares con mucha capacidad de destrucción del planeta, así que evidentemente sería una catástrofe terrible. El problema es cómo salimos de esta, porque Rusia ha empezado una guerra de agresión que no se veía prácticamente desde la II Guerra Mundial. Se repite mucho la historia. Los antecedentes se parecen a los meses anteriores de la agresión de Hitler contra Polonia. Nadie preveía que esto pudiera ocurrir y, claro, ahora es muy difícil arreglarlo, porque, cuando se produjo la agresión de Alemania en 1939, no había armas nucleares. Ahora sí que las hay.
-De modo que esa es la gran clave…
-Claro. La presencia de armas nucleares transforma completamente el panorama. Nadie espera que Rusia sea capaz de pasar el umbral de la guerra convencional a la guerra nuclear, pero no se puede descartar, porque este hombre (Putin) es imprevisible. Muchos dicen que no, que tiene un perfil muy calculador, pero la situación es muy compleja. El problema es que cualquier guerra entre la OTAN y Rusia sería terriblemente desastrosa para todo el planeta.
-¿Es ese el motivo por el que la OTAN no interviene en el conflicto, al menos directamente, como ha hecho en otros escenarios?
-Lo que está haciendo la OTAN es ayudar a Ucrania a defenderse. La intervención directa es imposible salvo que hubiera un ataque ruso a un país de la OTAN. Sería un planteamiento distinto. Por eso, lo que está haciendo la OTAN, tal como explicaré en mi conferencia, es tomar medidas que hasta ahora no se habían tomado para disuadir cualquier actividad o ataque por parte de los rusos contra un país de la OTAN. Ya se han tomado una serie de medidas urgentes, como colocar la Fuerza de Despliegue Avanzado en todos los países de la Europa central y oriental, como Polonia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia o Eslovenia. O sea, que se está intentando disuadir de cualquier idea de un ataque contra cualquier país de la Alianza. Hay que tener en cuenta que esos países próximos a Rusia son muy vulnerables. Por ejemplo, los bálticos o Polonia. Por ello, la OTAN tiene que estar preparada para que no nos pase algo ante lo que no podamos responder. Es un asunto complicado, porque el panorama estratégico ha cambiado totalmente; es como de la noche al día hace cinco meses a cómo estamos ahora. Es un cambio radical. De hecho, por ejemplo, ahora que vamos a tener una cumbre de la OTAN en Madrid en junio, todos los planteamientos que se van a discutir allí van a ser completamente nuevos, porque hace cinco o seis meses no se pensaba que se iba a producir una agresión de este calibre, con el empleo masivo de armas contra la población civil. Es una cosa que no se veía desde 1945. Es tremendo.
-¿Cómo queda España en esta situación?
Para España es importante, porque vamos a tener la cumbre de la OTAN en Madrid y países como Finlandia y Suecia, que hasta ahora eran no alineados, probablemente vayan a pedir ahora el ingreso en la OTAN. Eso nos aumentará la frontera de la UE con Rusia, porque Finlandia tiene 1.300 kilómetros de frontera con los rusos. Por otro lado, por lo que se refiere a Ceuta, es importante el hecho de que vuelve a ser la Europa oriental el foco de atención, mientras que los peligros que vienen del sur no son pequeños y no se pueden descuidar.
-¿Hasta cuándo durará esta guerra?
El tiempo que vaya a durar todo esto depende de Putin. Hay muchos que dicen que quizás, con ocasión del aniversario del final de la II Guerra Mundial, el 9 de mayo -que es cuando se hace el desfile anual de los rusos en la Plaza Roja de Moscú-, dé por terminada la intervención, declare la victoria y pare todo. Pero, claro, no es fácil, porque tiene que hacer algún tipo de resultado que a los rusos les satisfaga. Eso implica seguramente segregar un trozo del territorio de Ucrania y, por supuesto, mientras siga Zelenski en el Gobierno de Kiev, no lo va a aceptar. Es todo muy imprevisible.
-Entonces ¿qué podemos esperar que suceda en los próximos años? ¿Va a intentar Rusia invadir otros países? Si Rusia invadiera más países, ¿seguiría el mundo sin actuar?
-Como digo, no creo que Rusia se atreva a atacar un país de la OTAN, porque su agresión contra Ucrania no le ha salido bien, en el sentido de que le está costando muchísimo más de lo que se pensaba en Moscú, en el Kremlin, doblegar a los ucranianos y cambiar el régimen. Rusia está sufriendo muchas pérdidas de todo tipo, no sólo militares, sino también económicas, y meterse en un berenjenal atacando a un país de la OTAN sería un suicidio. Un suicidio para todos, pero, sobre todo, para los rusos. Por eso, hablaré de cómo podemos acabar este conflicto de una manera que diplomáticamente sea razonable, porque es muy difícil. Los ucranianos no están dispuestos a la rendición incondicional, lo que puede hacer que se mantenga el conflicto durante mucho tiempo. Salvo que haya un cambio de régimen total en Kiev, es muy difícil que Ucrania acepte que les han cortado un trozo de su territorio y, sobre todo, si encima se comen su salida al Mar Negro y lo dejan sin salida al mar. Eso haría el país inviable. Insisto en que es muy difícil encontrar una salida a esta situación.
-¿Es partidario de la entrada de Ucrania en la UE y en la OTAN? ¿Por qué solivianta eso tanto a Rusia?
-Parece claro que la entrada de Ucrania en la OTAN está descartada. Creo que ahí se ha equivocado Putin, porque es cierto que, aunque formalmente no se le pudiera negar la entrada en la OTAN a Ucrania, muchos países de la Alianza nunca lo habrían aceptado. Por ejemplo, Alemania, por su relación con Rusia. En cuanto a la UE, quizás sus posibilidades a largo plazo son mayores que antes, pero hay que tener en cuenta que este país ha quedado destrozado, que su reconstrucción costará cientos de miles de millones de dólares y que, además, hasta que se reconstruya y vuelva a ser un país viable, habrá que sostenerlo financieramente. Todo ello hace que, según creo, la UE no pueda hacerse cargo, por sí sola, de este país. Por lo menos, en mi generación, veo muy difícil que Ucrania entre en la UE tampoco.
-Aunque ya ha avanzado algo al respecto, ¿podría desarrollar en qué le perjudica esta guerra a Ceuta?
-No es que le perjudique. Lo que sí digo es que la cumbre de Madrid tenía un cierto interés especial para nosotros es el hecho de que España siempre ha manifestado que no solamente tenemos que atender, en el marco de la OTAN, los peligros y amenazas que llegan desde el norte y el este, sino también las amenazas que hay en el sur. El sur está muy desestabilizado y da la impresión de que los Estados Unidos están menos implicados hoy día en la seguridad de ese flanco. Eso nos obligará a la UE, en el marco de la política europea de defensa que se está desarrollando, a prestar más atención a la parte sur, que es donde nosotros tenemos muchas amenazas y una situación muy desestabilizada. Por ejemplo, toda la zona del Sahel, con países como Mali, es un polvorín. Además, la presión migratoria que viene de todos esos lugares que están muy desestabilizados nos afecta de pleno. Ese es el asunto, y nuestro papel como españoles es el de llamar la atención para que el flanco sur no se quede desatendido.
-Ahora que España ha reconocido la autonomía del Sáhara Occidental dentro de Marruecos, se habla de Ceuta y Melilla. Según la carta fundacional de la OTAN, estas dos ciudades no están incluidas en ella. ¿Intervendría la Organización aquí en caso de que fuera necesario hacerlo?
-El famoso artículo 5 del tratado fundacional de la OTAN, que es el que establece la reacción ante una agresión, formalmente no se aplica en el caso de Ceuta y Melilla. Personalmente, yo creo que España se debería haber preocupado hace mucho tiempo de que eso no fuera así, pero, por lo que sea, los sucesivos gobiernos no lo han seguido tan de cerca como quizá hubiera debido ser. Una vez dicho esto, en el caso de que hubiera una agresión militar contra Ceuta o Melilla o ambas, sería impensable que la OTAN no reaccionara. Probablemente la OTAN se implicaría diplomáticamente de una manera muy fuerte. Por otra parte, si las Fuerzas Armadas españolas tienen que responder y se ven atacadas, podrían pedir ayuda de la OTAN. Entonces, aunque formalmente no están cubiertas, en la práctica sería muy difícil de justificar que la OTAN dejara sola a España. Eso sí, lo mejor sería que formalmente estuvieran cubiertas, como Polonia o Eslovaquia.
-Ya para terminar, ¿le influye mucho el conflicto a Finlandia?
-Sí. Muchísimo, porque tiene 1.300 kilómetros de frontera con los rusos y, además, ya tuvieron en 1939 una agresión por parte de Stalin. Fue una guerra que duró tres meses, pero que supuso una pérdida de territorio grande y, además, muchos muertos finlandeses. Lo que pasaba con Finlandia, que se está demostrando ahora también con Ucrania, es que son países que no están dispuestos a doblegarse ante una amenaza. Ellos, que eran un país pequeño, frente a una superpotencia, reaccionaron, lucharon e impidieron que Rusia se comiera el país, y mantuvieron su independencia. Esperemos que Ucrania lo consiga también y no caiga bajo el control de los rusos. Aunque con un tremendo sufrimiento, Finlandia demostró que se puede hacer.
Sería impensable una agresión de Marruecos si España dispusiera de un arsenal nuclear táctico.
jajajajajajaja que fantasma !!
Vais/ vamos apañados. Marruecos es buen socio de USA.