Cuando se tiene esperanza en todos los cometidos que uno emprende, en principio, lo primero que uno tiene que hacer es armarse de valor para poder llevarlos a cabo y que quiero decir con esto, pues sencillamente que todos los proyectos tienen su tiempo y su forma.
Hay algo en esta vida que te hace ser optimista o pesimista, si eres de los primeros, por lo general, ante lo negativo que se presenta, tratas de buscarle solución y al final casi siempre te suele salir bien, pero si eres de los segundos la llevas clara, pues tal y como esta el cotarro difícil lo tienes si a la primera de cambio te das por vencido.
Esto suele ocurrir en política, si estas convencido de que lo que propones es lo correcto, al final, sueles encontrar tu hueco en el sistema, lo problemático de esto es que los espacios en el tiempo son largos, sobre todo si la intención es convencer con proyectos innovadores, dirigidos a un sector tan especifico como el de los jóvenes, el tiempo corre con excesiva celeridad.
De vez en cuando, como últimamente esta pasando con lo del 15 M, este sector de la población intenta exponer sus problemas, pero parece que no atinan con el momento oportuno, pues cuando da la sensación de que tienen la fuerza por lo menos para que los escuchen, vienen unas elecciones y ahogan todo el movimiento.
Ya que, aun estando ahí todos los medios que en un principio les estaban dando su sitio, de pronto miran para otro lado y se dejan llevar por el sensacionalismo que les aporta unas elecciones como las ultimas vividas. Más aun si cabe si se produce una victoria tan abrumadora como la cosechada por el PP, en algo más parecido a un verdadero plebiscito antiZP que a unas simples elecciones autonómicas o locales. Cierto es que estos que ahora triunfan a duras penas pueden resolver muchos de sus problemas internos, despertando sentimientos encontrados entre muchos de nuestros conciudadanos, pero no es menos cierto que en ciudades como la nuestra la mayor parte de esos jóvenes que piensan que en política todos son iguales, han contribuido con su actitud a que todo sea precisamente así, más de lo mismo, prefiriendo la playa a las urnas y un buen bronceado a las obligaciones electorales. Las cosas como son, pues lo primero es lo primero, y si después las opciones y alternativas para los jóvenes en empleo, formación, cultura o vivienda, son siempre las mismas o siguen siendo inexistentes, pues nada a poner el grito en el cielo un ratito, solo hasta el siguiente día de playa y así siempre.
Este tema de los jóvenes es de tanta envergadura que al final, su magnitud será tal, que los partidos que hoy nos dirigen, no tendrán más remedio que ceder y empezar a tomarse verdaderamente en serio la situación, si con ello quieren evitar que se produzca una verdadera fractura generacional de consecuencias imprevisibles. Desde luego que esta ruptura ya se esta empezando a atisbar, por lo que al sistema se refiere, pues en todo este tipo de procesos a los que mas arriba aludíamos, no es menos evidente que la alta abstención, viene precisamente de ese sector joven de nuestra sociedad, usada como medio de protesta, eso si, sin realmente comprender que es con esa actitud con la que perpetúan aquello contra lo que supuestamente se están rebelando. Así que parece que va a ser necesario algo más que tres días de protestas convertidas en lúdico-festivas por personas interesadas en desacreditar cualquier intento de seriedad y que nada tienen que ver con ese movimiento.
Ahora toca ponerse las pilas, afrontar la realidad cotidiana e intentar allegar recursos e ideas que solucionen buena parte de sus problemas, pues ante la situación generalizada de crisis, cada vez son menos aquellas familias con medios suficientes para cubrir las necesidades de sus hijos mas mayores, ya que en muchos casos la mayor parte de sus progenitores se encuentran en el desempleo.
Y desde luego si quieren cambios, opciones hay, ahora que con esa abstención y desidia por el voto, es imposible dar el toque de atención que se merecen los principales partidos que se alternan en el poder, nosotros desde “Los Verdes” hemos apostados y seguimos apostando por los jóvenes, nuestra candidatura fue firme expresión de ello, nuestras juventudes son plenamente conscientes de la importante parte que les toca realizar en los tiempos que vivimos, el objetivo ahora es hacer ver a otros que el cambio esta verdaderamente en sus manos y si no es así pues una cosa queda clara, a aguantarse toca.