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¡Diríamos que la dedicación al anciano ha ido pasando de ser un asunto familiar a ser un deber social!
En el próximo mes de julio, se cumplen dos años de la inauguración de la Residencia de Mayores Gerón – Ceuta, en la que tuve el honor de ser invitado a dicho acto. Que resultó emotivo, con la presencia de las primeras autoridades de la Ciudad, el Presidente de la Fundación Gerón, e invitados, que fueron recibidos por la Directora de la Residencia Dª Mariola Hita Galiano. Después del acto protocolario, se nos fue mostrada las magníficas instalaciones, al mismo tiempo que departíamos con los residentes y empleados. El Presidente de la Fundación creo que no se equivocó al considerar a esta Residencia como la mejor de España, y una de las mejores de Europa.
Después de pasado el tiempo, llegamos a su segundo Aniversario, y creo que por si alguien no lo sabe, he visitado la residencia en varias ocasiones, para compartir con algunos amigos residentes momentos muy clarificadores, e invitado en algunas celebraciones. Y en segundo lugar, por la colaboración que establecimos con la Residencia y la Cofradía de Santa María de África, en dos aspectos concretos: La entrega de un cuadro de nuestra Patrona, y el montaje de la “Capilla” del Centro. Por ello, me permito con algún conocimiento de causa, lo que significa esta Residencia, para los ceutíes que nos encontramos en lo que llamamos la tercera edad.
Sí debo confesar, que durante parte de mi vida solo había oído hablar de los “Asilos”, y supuestamente pensé que era el lugar dónde se ubicaban las personas mayores, posiblemente por no disponer de domicilios u otras circunstancias que así lo aconsejaban. Ya posteriormente con la transformación de esos asilos, en las modernas Residencias para Mayores”; actualmente dispongo de unos humildes conocimientos que se lo debo a los diversos contactos, que he tenido con la Residencia Gerón- Ceuta, dándome cuenta lo que significa en este caso particular, la dedicación y el cuidado que reciben los residentes, que los considero como muy gratificantes.
Anteriormente a la inauguración de la Residencia, mi amigo Pedro Arrebola me presentó a la Sra. Dª. Mariola Hita Galiano, la persona que asumía la responsabilidad de la Dirección y organización de la nueva Residencia para mayores, Gerón– Ceuta. Y no cabe duda, que aquella presentación y la posterior conversación, me causó una gratísima impresión, me llevó a intuir lo siguiente: “me da la impresión que la Fundación - Gerón, no se ha equivocado en la elección de la persona idónea para desempeñar la gran responsabilidad de dirigir y organizar la citada Residencia” Intuición que solo me lo hace pensar la vieja experiencia. Y que luego comenté con mis compañeros, que me acompañaban en el Centro Comercial, atareados en la venta de papeletas para la rifa de un coche por parte de la Cofradía.. Ha pasado el tiempo, y volviendo a mi reflexión de los hechos, dicha intuición me ha dado la razón, no me había equivocado en mi apreciación, y a la vista está. Y esto lo afirmo , con los suficientes conocimientos de causas, como consecuencia de mis observaciones, mis visitas a los residentes del Centro, algunos testimonios, y nuestra colaboración siendo Hermano Mayor de la Cofradía de Santa María de África, con la entrega de un cuadro de nuestra Patrona y el montaje de una “Capilla”
La Directora tenía ante sí, una tarea muy complicada y compleja, para poner en funcionamiento la Residencia. Para la Fundación Gerón, Mariola, era la persona cualificada y con las garantías suficientes para llevar a buen puerto la Residencia: Título Universitario, sobre las ciencias humanas y sociales, Especializaciones, una dilatada experiencia, (había dirigido otros Centros), y un gran conocimiento del sector en profundidad, reconocidos por todos. Por ello, nosotros los ceutíes, sobre todo, los que nos encuadramos en la tercera edad, es una satisfacción y tranquilidad el saber que podemos disponer de una Residencia con una magnífica organización, unas óptimas instalaciones, los últimos medios técnicos a disposición de los residentes y un trato exquisito a un colectivo que lo necesita.
No olvidemos que entre otros asuntos de importancia, la Dirección ha tenido que tener la capacidad de resolver problemas; tomar decisiones de forma ágil y eficaz; planificar y coordinar; establecer las relaciones interpersonales de forma positiva y optimizar los recursos humanos. En cuanto al personal del Centro, ha sabido motivarlo, escuchar y adaptarse a las nuevas situaciones, procurando promover el bienestar integral de todos y cada uno de los residentes. Además de su entrañable actitud con los residentes. Estos aspectos organizativos están a la vista.
No ha sido tarea fácil para Mariola y su equipo, pero ahí están los resultados.
Complementario a la Dirección, no se puede dejar de anotar la entrega vocacional de los profesionales del Centro. Entre su plantilla muy cualificada y experimentada, en la que encuentran algunas de las personas que fueron alumnas mías en mi carrera docente, forman un equipo maravilloso.
Dicen que una imagen valen más que mil palabras, y es de todo cierto. Yo he visionado muchas imágenes en esta Residencia, he observado a estos profesionales in situ, con que amabilidad, ternura y cariño tratan a los residentes, de forma colectiva e individual según cada caso en su grado de dependencia. He observado con que delicadeza y cariño le suministran los alimentos y medicamentos a determinados residentes. Creo que en su módulo básico de la atención en esta Residencia tiene el enorme mérito de intentar situar a la persona en el “centro”, de la prestación de sus servicios, partiendo de la comprensión y la valoración de sus circunstancias y de su situación de dependencia, y promoviendo en todas sus actuaciones, el mayor grado posible de desarrollo de sus capacidades y de su propia autonomía personal.
La Cofradía de Santa María de África, en sus comienzos ha colaborado con la Dirección de la Residencia en dos aspectos: en primer lugar haciendo entrega de un cuadro de nuestra Madre y Patrona, y posteriormente, con el montaje de la “Capilla”, en sus instalaciones, que fue bendecida y celebrada la primera Eucaristía en la conocida “Misa del Gallo” de 2.015. La “Capilla” fue todo un récord en su preparación, pero muy gratificante por nuestra condición de cristianos y cofrades.
Podemos llenar muchas páginas, de todo aquello que la Dirección ha proyectado para dinamizar la vida de los residentes: concursos, celebraciones, actuaciones y un sin fin de actos lúdicos.
Quiero finalmente, hacer un breve comentario, sobre aquellos pioneros de los que son hoy las grandes Residencia, y que se conocían como los “Asilos”
Las instituciones de ancianos o, como han venido hoy en llamarse, “Residencia de la Tercera Edad”, constituyen una fase específica de la evolución de aquellas instituciones cuya función dentro de la sociedad ha sido “dar cobijo”, “custodia”, “recluir” a individuos con fines dispares (socorro, prevención, cura etc..).
Toda institución de esta índole, en efecto, comporta dos dimensiones tan inseparables como las dos caras de una misma moneda: nace para remediar ciertas situaciones individuales e, ipso facto, resuelve problemas globales de la sociedad. Michel Foucault, en su historia “Histoire de la folíe á l`age classique” deja bien patente cómo el problema social de la locura, al que se mezclan intrinsicamente el de la mendicidad, el de la enfermedad y otras formas de marginalidad, producen ese precipitado asilar del siglo XVII que él caracteriza como el gran “encierro”.
Solo una mirada ingenua sobre las residencias de ancianos en nuestro mundo de hoy produciría la ilusión de pensar que la polaridad se ha invertido y que, en contrapartida al asilo de “l`âge classique”, aquellas justifican su existencia, ante todo, por las ventajas que reportan a los ancianos y, sólo en segundo término, por la que obtiene la sociedad. Siguiendo el hilo que desentraña Foucault habría, pues, que situar los asilos de ancianos y las residencias de hoy en la corriente de los grandes movimientos sociales: representaciones colectivas, opciones éticas que marcan puntos de inflexión en la historia de las mentalidades.
En España, en la primera mitad del siglo XX menudean instituciones para los ancianos pobres, atendidos por órdenes religiosas en las que conviven conjuntamente con enfermos, dementes y huérfanos. Solo después de la Segunda Guerra Mundial, la institución se especializa al “medicalizarse”. Es en ese momento que se hará accesible a las personas de edad de las clases medias o superiores. Hoy ello da el paso a las residencias de ancianos o residencias para la tercera edad, atendidas no sòlo por religiosas, como los antiguos asilos, sino que son gestionadas y atendidas mayoritariamente, por personal “seglar”, pertenezca o no a la Administración pública, En efecto, es la oferta de plazas privadas la que se ha incrementado espectacularmente en los últimos años.
No pretendía extenderme en el aspecto histórico, ya que lo que me ha hecho juntar estas torpes letras (soy de ciencias), es dirigirme a esta Institución, como un pequeño homenaje a este colectivo de hombres y mujeres que hacen cada día, una labor profesional y vocacional en beneficio de los más mayores. Al mismo tiempo la satisfacción de que Ceuta cuente con estas magníficas instalaciones para las personas de la Tercera Edad de esta categoría.
Con estas letras he pretendido dar a conocer un poco más, la realidad de nuestra nueva Residencia. Y finalmente, solo me queda, el rendir este pequeño homenaje y felicitar a la Dirección del Centro, y al colectivo de trabajadores-as de la Institución en su próximo “II ANIVERSARIO DE SU CREACIÓN” cuyo trabajo es conseguir el objetivo de mejorar cada día el bienestar de sus residentes de forma colectiva e individual.
Que Santa María de África, siga amparando y protegiendo a estos profesionales, que lo dan todo en su tarea vocacional, con todo su esfuerzo, perseverancia y tolerancia.
Para todos vosotros, “enhorabuena” y un fuerte abrazo.