El sector del taxi de Ceuta no entiende cómo en menos de 24 horas, la persona que atracó con violencia a un compañero
está ya en la calle. Mucho menos cómo es posible que teniendo 42 antecedentes a sus espaldas y habiendo salido de prisión hace tan solo 4 meses, pueda estar de nuevo en la vía pública. No lo entienden pero además es que tienen miedo. El presidente de Radio Taxi y Cooperativa, David Pérez, considera “injusto” y “nada normal” lo sucedido. En declaraciones a El Faro de Ceuta, confiesa el sentimiento de un sector de profesionales que trabaja “asustado” porque nadie puede asegurarles que el implicado en el
atraco a un compañero “lo vuelva a hacer, ya que ve que no le va a pasar nada”.
“Estamos asustados”, insiste Pérez. Las características del
robo violento, en el que el atracador hizo uso de un cuchillo de grandes dimensiones para llevarse el botín, hace incomprensible que en menos de 24 horas tope con una resolución judicial como la conocida. “Para los compañeros ha sido una sorpresa”, indica, lamentando que parece que la Justicia está para defender a ‘los malos’ mientras que los taxistas tienen que estar en la calle, expuestos a peligros como el sufrido por un integrante del gremio. Advierte además del temor a las “represalias”.
La propia víctima del atraco, que declaró ayer en el juzgado, tuvo que trabajar por la tarde. De nuevo en la calle, a sabiendas de que el delincuente que no solo le robó, sino que le colocó además un cuchillo en el estómago, está libre. Él no tiene ninguna protección, tiene que trabajar expuesto a toparse de nuevo con quien fingió ser un cliente y terminó atracándole.
“Es indignante, esto no puede ser. Tiene 42 detenciones anteriores...”, expresa la víctima, nada más conocer una resolución judicial dictada en solo horas y que no podía creer que fuera cierta. La víctima se encontró solo en el juzgado, sin un abogado que le defendiera y sin respaldo de nadie. Un desamparo que también, confiesa, le dolió.
Se pregunta qué hubiera pasado si en vez de entregar el dinero que le robaron hubiera hecho frente al atracador. “Han sido daños materiales, ¿pero y si son daños humanos? Si yo me defiendo, si le hiero por defenderme... voy a la cárcel y él por atracarme está en libertad”, expresa indignado. “Tengo que trabajar con miedo de que me pueda encontrar con él y por represalias venga a por mí. ¿Quién me va a defender? Él con 42 detenciones le da igual todo, que atracarme o matarme. Esto es igual que los maltratadores, te pegan una vez, te pegan dos y a la tercera te matan. Aquí roba una vez, roba dos... roba 42 veces y no pasa nada y cuando hace la número 43 o 44, mata a la persona que ha robado. Y hoy me puede tocar a mí, o mañana a ti o a cualquiera”, añade, insistiendo en que quien le atacó no es una persona que se equivoque una vez o dos, sino que ha sido detenido hasta en 42 ocasiones.
Como el día que le sucedió, esta víctima de la inseguridad en el taxi vuelve a las calles, a su labor. Como él, el resto de profesionales de un sector que se expone a atracos consumados u otros que quedan en el intento. En muchas ocasiones se ha abierto el debate sobre la adopción de medidas como la instalación de mamparas o incluso de cámaras, pero nunca se llega a un consenso ni a una protección necesaria que erradique la sensación de inseguridad que afecta a quienes están todo el día en la calle, expuestos a que quien se monta en su vehículo tenga el ánimo de quitarles lo que tienen o de hacerles daño. Ayer, el conocimiento de la puesta en libertad de este individuo, fue el motivo de conversación de un sector que exige soluciones.