Visto para sentencia quedó ayer el juicio contra J.J.B., acusado de un delito de lesiones tras una supuesta agresión a su pareja el pasado 2 de octubre en el domicilio conyugal.
Aunque ni el acusado ni la víctima quisieron testificar en la vista oral que se celebró en el Juzgado de lo Penal número 2, acogiéndose ambos a su derecho a no declarar, la vista oral continuó con los testimonios de los policías locales que intervinieron en estos hechos.
Durante su declaración, uno de los agentes explicó que se habían trasladado hasta la barriada el Príncipe tras una llamada en la que una mujer dijo haber sido agredida por su pareja. Al llegar allí se comunicaron con la denunciante a través de una ventana y fue ella misma la que les dijo que su marido la había golpeado y encerrado en la vivienda y que carecía de llave para salir al exterior. Los agentes localizaron al marido y también a través de otra ventana lograron convencerle de que les abriera la puerta.
Tras ser trasladada para recibir asistencia facultativa, la mujer declaró que su pareja le había golpeado y cogido por el cuello, tras lo cual la encerró en una habitación. A preguntas del Ministerio Fiscal, el agente aseguró que presentaba un enrojecimiento de esa zona y que se encontraba en un estado de gran nerviosismo y ansiedad.
En las conclusiones de la Fiscalía se aludió al testimonio policial, concluyente para demostrar que el acusado había propinado “una paliza” a su pareja, al coincidir su descripción de las lesiones con el parte médico.
Por su parte la Defensa de J.J.B. aseguró que la actitud de la víctima negándose a declarar en la vista oral desvirtuaba la culpabilidad de su patrocinado y que, pese a su testimonio en el Juzgado de Instrucción asegurando que la zona enrojecida respondía a la agresión de su pareja, esa lesión podría estar motivada por cualquier otra causa.