“Te voy a matar, cuando estemos solos te vas a enterar de lo que te voy a hacer”. Esta fue la amenaza que según Z.R.M. recibió de su marido en septiembre de 2021, en el domicilio familiar que compartían en la calle Murillo, en Ceuta. La agarró del pelo y la zarandeó, lo que dio pie a la presentación de una denuncia que ahora ha llegado al ámbito judicial con la celebración de una vista en la que el acusado, M.F., se enfrenta a una pena de 12 meses de prisión y 3 años de alejamiento. Fiscalía considera que es criminalmente responsable de un delito de lesiones en el ámbito familiar por el que ayer solicitó al magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 que lo condenara. El acusado no se presentó al acto de juicio oral al argumentar que carecía de dinero para trasladarse a Ceuta, mientras que la víctima sí lo hizo para recordar lo vivido esa fecha, cuando se encontraba en la ciudad tras dar una segunda oportunidad a su pareja, después de un periodo de separación por asuntos vinculados a la violencia de género.
Z.R.M. explicó que estando residiendo en la Península, el acusado, que había sido condenado en 2015 por amenazas teniendo una orden de alejamiento en vigor, se presentó en su vivienda. No sabe cómo cruzó el Estrecho, pero sí que lo hizo de forma irregular. “Igual en patera, no sé”, argumentó. En el expediente de vivencias personales compartidas constan episodios de maltrato, acoso e insultos. Dos días antes de lo que motivó la denuncia hubo nuevos incidentes.
Fiscalía considera que los hechos están acreditados a pesar de que en fase de instrucción el acusado los negó, pero ofreciendo una versión puramente exculpatoria. Tras escuchar a la víctima consideró que no existen datos que tiendan a pensar que su relato es consecuencia de una fabulación, corroborándose las lesiones con el informe forense.
La Acusación Particular solicitó la misma condena, calificando la declaración de la víctima de “coherente y verosímil”. Por el contrario, la Defensa reclamó la libre absolución de su patrocinado indicando la inexistencia de prueba suficiente en su contra el contar solo con la versión de la víctima.
Consideró en su informe que no cabe hablar de convivencia entre ambos, ya que llevaban pocos días de reanudación tras 8 años separados. Sí valoró la posible existencia de un móvil para fundamentar esta denuncia: el ánimo de venganza.