Quizá frustraron un atraco, de nuevo, al sector del taxi. O una más que probable agresión contra el conductor del servicio público. El hecho cierto es que la intervención de unos agentes de la Benemérita, la pasada madrugada, en la Carretera Nueva, sirvió para que esas probabilidades no se materializaran en realidades. La historia de marras comenzó cuando un taxista alertó a unos agentes que se encontraban de patrulla en la zona, debido a que temía alguna reacción contraria de su cliente debido a que estaba teniendo un comportamiento extraño. Tal es el temor existente en el sector del taxi a que se produzcan agresiones, que el conductor, al topar con la presencia de una patrulla de la Guardia Civil, optó por requerir su intervención.
Tal y como han informado fuentes del Instituto Armado, cuando los agentes solicitaron al cliente que se identificara, éste les intentó agredir haciendo uso de una navaja, oponiendo resistencia. Finalmente la pareja de guardias civiles consiguió reducirle y proceder a su detención y posterior traslado a las dependencias de la Benemérita en Hadú. En este caso en concreto no se consumó atentado alguno contra el taxista, aunque fue determinante la intervención de los guardias civiles así como la previsión del conductor.
No corrió la misma suerte otro profesional del sector que fue atracado y agredido el pasado mes durante un servicio en el Polígono Virgen de África. La Policía Nacional mantiene abierta una investigación para localizar a los autores. A los pocos días del atraco los agentes identificaron y detuvieron a una persona que luego no fue reconocida por la víctima quedando en libertad.